Adiós al Centro Cultural Juan Goytisolo

Se está procediendo al demontaje de la sala que dio cobijo a movimientos vecinales y culturales

Estructura de la Carpa Juan Goytisolo (Foto: José M. Román).
Estructura de la Carpa Juan Goytisolo (Foto: José M. Román).
Marta Rodríguez
14:33 • 11 ago. 2020 / actualizado a las 14:34 • 11 ago. 2020

Apenas queda una estructura metálica de lo que fue el Centro Cultural Juan Goytisolo, ubicado en el muelle de levante del Puerto de Almería. El espacio que dio cobijo a movimientos vecinales y culturales como el de La Traíña, a la Banda de Cornetas y Tambores del Carmen y al alumnado del Colegio de La Chanca, que desde allí alzó su voz para reivindicar un mundo mejor, es casi historia.




Según desvelaba en redes sociales el periodista José M. Román, estos días se está procediendo al desmontaje de la sala debido a que la Junta de Andalucía era la encargada de administrar el espacio con una concesión de la Autoridad Portuaria que finaliza ahora. “De esta manera, la ciudad pierde un espacio social y cultural, que posiblemente necesite el Puerto para su proyección y modernización futura”, se lamentaba.




Una de las razones que puede estar detrás de su cierre es también la posibilidad de que no reúna las condiciones necesarias contra la Covid-19. Al menos así se lo hizo saber la administración autonómica hace unas semanas a la Banda de Cornetas y Tambores del Carmen, al tiempo que les notificaba de que tenían que desalojarla en el plazo de 24 horas.






Historia del centro
El centro cultural debía su nombre al escritor barcelonés Juan Goytisolo que, a través de libros tan emblemáticos como ‘La Chanca’ y ‘Campos de Níjar’, puso en el mapa de España y en las páginas de los periódicos de tirada nacional los problemas endémicos que asolaban a aquella Almería de los 50.




Inaugurado a mediados de 2008, el espacio en cuestión era la carpa que la entonces Consejería de Obras Públicas de la Junta puso al servicio de la Asociación de Vecinos La Traíña en 2007, en la explanada de Las Almadrabillas de la capital, durante los actos conmemorativos de su treinta aniversario.




A lo largo de los doce años en que ha estado abierta, la sala ha servido de marco de seminarios, talleres, exposiciones y reuniones de diferentes colectivos que ahora se ven obligados a buscar un nuevo espacio.




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