Alberto Campo Baeza repasa su obra arquitectónica en Almería

El Premio Nacional de Arquitectura 2020 ha sido autor de obras como la Plaza de la Catedral

Alberto Campo Baeza, Premio  Nacional de Arquitectura 2020
Alberto Campo Baeza, Premio Nacional de Arquitectura 2020 La Voz
La Voz
07:00 • 17 may. 2021

Alberto Campo Baeza, Premio Nacional de Arquitectura (2020), ha participado en una de las conferencias que organiza el Colegio de Arquitectos de Almería (COOA), en la que ha hecho un exhaustivo recorrido por las obras con las que el ‘arquitecto de la luz’, muy vinculado con la provincia, ha dejado su impronta del orden, la aparente sencillez y la precisión en Almería. Entre ellas, la antigua Universidad Laboral, un edificio que ha sido protegido por su valor arquitectónico, y sobre el que Campo Baeza ha pedido recuperar el encalado de las cubiertas, una característica perdida tras la ejecución de trabajos de impermeabilización, los cuales han repercutido en la estética y funcionalidad a restituir.



Las circunstancias derivadas de la crisis sanitaria no han frenado la actividad cultural y formativa del Colegio de Arquitectos de Almería, si bien sí ha obligado a reorganizarla en formato online, empleado en este encuentro entre el galardonado arquitecto y los profesionales almerienses. Celebrado recientemente, Campo Baeza desgranó, con bocetos, planos y maquetas, el proceso de creación y desarrollo de espacios tan significativos para Almería como la plaza de la Catedral, la Delegación Territorial de Salud o la Universidad Laboral, así como su último proyecto en la provincia, una vivienda en Mojácar, actualmente en construcción, que firma con el arquitecto almeriense Modesto Sánchez (Premio Arco por el Mercado Central), encargado de la presentación de la conferencia junto al decano del COAA, José Díaz.



Bajo el título “Buscar denodadamente la belleza”, el mismo de su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Campo Baeza abundó sobre el esfuerzo de los arquitectos también en conseguir obras que resistan al tiempo. 



Una de las primeras que encaró en Almería fue de la mano de uno de sus maestros, Julio Cano Lasso: la Universidad Laboral (1976). “Era un mocoso y, con una generosidad extrema, Cano Lasso me hizo firmar y cobrar como un arquitecto”, recuerda de esta colaboración que forjó un edificio docente de “arquitectura árabe, donde prima el orden”, los “juegos de volúmenes”, la vegetación de “especies autóctonas” y los “lucernarios emergentes” en este sistema de calles, que engarzan las aulas y despachos, y desemboca en un patio central. La luz, siempre la luz, el “material más lujoso” para este arquitecto, se muestra también en esos lucernarios y el encalado del edificio, técnica empleada en fachadas como cubiertas. “La cubierta se impermeabilizó y Lasso decidió encalarla. 



Térmicamente funciona para refrescar los espacios, la sabiduría ancestral, esto que ahora le llaman sostenibilidad”. Campo Baeza, en su conferencia, hizo una llamada de atención sobre el resultado de los trabajos de impermeabilización llevados a cabo en el actual IES Sol de Portocarrero, que han dejado una cubierta oscura, visible desde el aire (los aviones sobrevuelan este espacio), que además de sufrir un desgaste más rápida, restan frescor y cambian la estética ideada para este edificio, que ya goza de protección como patrimonio cultural de Almería está, como recordó el decano, incoado el expediente para su declaración como BIC, mostrando Campo Baeza imágenes del antes y después y pudiendo contemplar los detalles que comentó.






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