¿Será esto la nueva normalidad?

Asignaturas pendientes en 19 meses de pandemia en Almería

Llegada de un tren de Madrid a Almería.
Llegada de un tren de Madrid a Almería. Simón Ruiz
Simón Ruiz
09:21 • 29 sept. 2021 / actualizado a las 10:05 • 29 sept. 2021

Fue un 28 de febrero de 2020 cuando mis compañeros y yo aceleramos el paso para llegar cuanto antes a la Redacción de La Voz de Almería-Cadena SER para difundir, a través de la página web, que había sido confirmado el primer caso de coronavirus en la provincia.





19 meses después, un 28 de septiembre de 2021, el término nueva normalidad parece instalarse en nuestras vidas como si nada hubiera ocurrido desde ese Día de Andalucía, como si no hubieran pasado la enfermedad casi 70.000 almerienses, como si no nos hubieran dejado 923 paisanos por culpa del Covid-19, como si casi 600.000 residentes en la provincia no hayan pasado por los vacunódromos para estar lo más inmunes posible.



Ahora que tanto se habla de nueva normalidad, que estamos en el trabajo con mascarilla para protegernos y para proteger a nuestros compañeros y que bajamos a tomarnos un café y nos desprendemos de ella, bueno es reflexionar sobre cómo llegamos a este nuevo escenario 19 meses después en esta tierra que, gracias a la retina de Carlos Pérez Siquier, nos ayuda a presumir de Almería ante el resto de los mortales.



En Almería, para no acelerar más el paso y viajar a otros sitios, tenemos aún un solo tren para comunicarnos con Madrid porque así lo han decidido quienes vienen en avión al Cabo de Gata de vacaciones o a pasar el fin de semana.



Estamos a las puertas de la nueva normalidad en los centros de salud, y con el temor de que se nos llenen de personas mayores para pedir al médico que les renueve el tratamiento del colesterol o la tensión. Un escenario ideal para que los partidos estén desempolvando de las hemerotecas los reproches en los chequeos a la sanidad pública.



En la Universidad, esta mañana, se inaugura el curso. Todos con mascarilla, excepto para compartir la coca cola y el bocadillo del mediodía en el Romera. Recuerden que los botellones ya estaban antes de la pandemia, pero no mandaban desde las redacciones a los cámaras de televisión y a los fotógrafos.



A días de volver a ser lo que fuimos – o al menos pretenderlo -, los agricultores vuelven a montar las pancartas porque la campaña no ha empezado tan bien como otros años y la competencia desleal de Marruecos les acecha de nuevo. Como si no hubieran pasado 19 meses de pandemia y el reloj se hubiera detenido en los tiempos en los que Cañete era el ministro culpable de nuestra pérdida de competitividad.


En poco más de año y medio, esperando al filo del mediodía el reporte de casos de la Consejería de Salud, David Bisbal regresa a los escenarios y quiere a su Almería como nadie la ha querido; en el Casa Puga los vecinos del casco histórico ya se toman un palo cortao en la barra y hasta mi hija aprovecha que aún está en teletrabajo para venir de Madrid para estar una semana con sus padres. ¿Cómo vino Paula? En autobús. “Papá, solo hay un tren al día”. Eso sí que es la nueva normalidad en Almería.


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