“Llevan 2 años okupando mi casa en Almería y encima tengo que pagar los gastos”

Marina alquiló su piso por 600 euros en Los Ángeles y la inquilina dejó de pagar a los 2 meses

imagen del interior del piso de Marina recién reformado.
imagen del interior del piso de Marina recién reformado. La Voz
M. R. Cárdenas
20:59 • 27 feb. 2022

Cuando Marina decidió alquilar su vivienda, que acababa de rehabilitar por completo en el barrio de Los Ángeles, jamás imaginó que los inquilinos que debían abonarle 600 euros cada mes (más gastos) por un magnífico piso de tres habitaciones se iban a convertir en su mayor pesadilla. Pero así ocurre desde finales del pasado año 2019, cuando esta almeriense arrendó su piso a una mujer de poco más de 30 años que iba a residir en él con sus dos hijos menores de edad y que ha acabado convirtiéndose en 'okupa' o 'inquiokupa', el nombre coloquial con el que se identifica a aquellos inquilinos que han dejado de pagar.



Una situación a la que Marina se enfrenta a diario después de que en noviembre de 2019 decidiese alquilar una vivienda que tenía en propiedad en el barrio del norte de la capital para mudarse a la localidad de Torrevieja, en la provincia de Alicante. Su idea cuando puso el piso en renta, relata, era poder dejar su trabajo actual para dedicarse a su bebé y poder vivir con parte del alquiler, que Marina comparte con otro familiar, que también es propietario del piso.



Esa era la idea inicial, pero todo se torció tan solo dos meses después de que entrara a residir la nueva inquilina, de nacionalidad colombiana, y esta dejara de abonar la cantidad que previamente habían pactado y cerrado en un contrato legal que de poco le ha servido hasta el momento a Marina. En un primer momento, relata la propietaria,



la inquilina dejó de pagar porque "supuestamente" se quedó sin trabajo con la llegada de la pandemia. "Nosotros lo entendimos y le ofrecimos una rebaja de 100 euros al mes, pero luego hemos sabido que no es solo que no tuviera trabajo, es que además entró a vivir en nuestro piso una pareja suya que también tiene trabajo", denuncia la almeriense.



Pagando agua y luz



Y es que lo que más indigna a Marina no es solo haber dejado de recibir el dinero del alquiler con el que ella contaba para organizar su vida, sino que ahora además tiene que poner de su bolsillo otros 150 euros para cubrir los gastos de agua y luz, así como la comunidad del bloque. "Cuando dejaron de pagar le perdonamos unos meses de alquiler, nos hacemos cargo de la luz y el agua pensando que realmente lo necesitaban y así podrían volver a ponerse al día sin que se creara una gran deuda, pero nos mintieron. Jamás volvieron a pagar y pusimos una demanda en el juzgado", cuenta la almeriense visiblemente afectada, quien subraya que ya ha sido advertida por su abogado de que en el caso de que deje de pagar los recibos podría enfrentase a una denuncia por coacciones por parte de la persona que se encuentra residiendo en su vivienda. 



Marina puso la demanda y la 'okupación' llegó al juzgado, pero cuando veía más cerca el regreso a su vivienda volvió a sufrir otro revés. "En abril del año pasado, dos años después de que nos 'okuparan' el piso y después de que no se presentara a juicio se puso fecha de lanzamiento, el desahució se suspendió porque el último día alegó vulnerabilidad y la juez lo admitió", relata la propietaria, a quien toda esta situación le lleva a pensar una cosa: lo tenían planeado. "Lo tienen estudiado lo que tienen que hacer para vivir en nuestra casa sin tener que pagar nada y se lo están permitiendo", denuncia.



Ahora, la situación sigue en los juzgados y la propietaria está a la espera de que se le reconozca la compensación anunciada por la Junta de Andalucía para aquellos propietarios que se encuentran en su situación, aunque, denuncia, no ha recibido "ni un euro", lo que la mantiene a nivel personal en un estado psicológico "muy duro", más cuando, asegura Marina, puede ver por las redes sociales como la 'inquilina' de su vivienda ha montado "un negocio ilegal" en el piso de Los Ángeles. "Ella se anuncia y tiene hasta una página web como creadora de eventos, para los que hace en nuestro piso tartas y pasteles. Hemos puesto hasta una denuncia a trabajo pero dicen que no se puede demostrar", sentencia.


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