Keka Manzano: “Físico y edad son estigmas que hay que erradicar de la danza”

Bailarina profesional, coreógrafa y pedagoga

Keka Manzano en su sala de trabajo.
Keka Manzano en su sala de trabajo.
Rosenda Mirón
23:16 • 25 mar. 2023

Keka Manzano es la mezcla de lo etéreo y lo corpóreo. Parece frágil pero es robusta, como un centenario olivo enraizado a la tierra. La danza le ha llevado a dibujar un mapa, como a tantos otros profesionales, por media geografía española, y al fin, de vuelta a la raíz, a Almería. Su fibroso cuerpo mueve 41 años por la enorme sala espejada en la que imparte clases: voz siempre suave, niñas deseosas de recibir sus instrucciones y mimos, sones de música clásica inundan la estancia, tranquila y templada bajo los primeros rayos de un sol primaveral.



¿Es más de contemporánea o de clásica?



Ambas tienen que ir de la mano, creo que es muy importante tener una técnica, que es lo que te da el virtuosismo de la danza clásica: los valores, la ejecución, la limpieza, la pureza, tiene que ir siempre unida con esa parte en la que explota la técnica y te liberas construyendo sobre tu propia forma de moverte, de sentirte, que no entra dentro de un canon específico como es la danza clásica que es muy estructurada.



¿Qué da la danza contemporánea?



Da la libertad de seguir expresando a través del cuerpo pero buscando otras alternativas para embellecer el movimiento.



Volvió usted a Almería.



La tierra es la tierra. Siempre hay un momento en el que cuando necesitas recuperar la calma vuelves a donde empezó todo. Aunque nunca sabes lo que va a pasar, porque cuando vives del arte sabes que te debes a él. 



¿En Almería hay buena cantera?¿Ha encontrado algún Billy Elliot?

Creo firmemente que hay cantera en todas partes, pero a veces necesitamos despertar las inquietudes, decirles a los alumnos que hay posibilidades como para que ellos proyecten y estén en activo, que se pueden hacer visibles en Almería.


No está muy visible, parece.

Creo que cada uno en la medida que puede tiene que luchar. La danza siempre ha sido como un complemento, y como tal a veces por sí solo ha sido muy complicado que diesen luz a otro tipo de manifestaciones artísticas a través de la danza. Poco a poco estamos produciendo y creando, educando al joven espectador en que la manifestación de la danza esté vinculada a cualquier manifestación artística que se haga.


¿Qué es lo más difícil de dedicarse a la danza?

Romper con los estereotipos. La danza ha tenido un estigma muy grande a través del tiempo y hay que romper con todo eso para hacer ver al público y al artista que todo el mundo tiene herramientas suficientes como para poder hacer cualquier cosa que se proponga, y la danza también .


¿Cuál es ese estigma?

El canon físico, de belleza de un bailarín. Hemos creado un monstruo a través de los prototipos. También la lo es la edad, el “ya soy demasiado mayor para bailar” también es un error, cualquier persona que necesita expresarse a través del movimiento debe tener la tranquilidad de que nunca es tarde, no eres algo que se desecha porque ya no estás dentro de esa forma física que nos han hecho ver que era lo normal. Todo eso habría que suprimirlo.


Y el estigma de lo femenino.

Sí, los niños que tenemos por ejemplo en el centro vienen con prejuicios de fuera, pero dentro se sienten seguros y proyectan libremente, pero todavía falta mucho apoyo para que se liberen de esos prejuicios externos. La danza no es una manifestación de belleza femenina ni ideal de belleza corporal, ni es efímera.


¿También hay un problema de fondo de homofobia? 

Hay mucho de fondo, pero yo creo que lo que está intrínseco es la creencia dique que el movimiento, esa belleza, no la puede llevar un hombre. Ellos, los hombres, liberan un movimiento que en ocasiones es pautado, otras veces es libre, creativo, y ellos creen que no están preparados. Lo bello no está vinculado a lo femenino. No quiero pensar que en el momento en que nos encontramos todavía prevalece la homofobia sobre otras cosas.


¿Dedicarse a la danza es realmente tan sacrificado como siempre se ha pensado?

Todas las ramas artísticas lo son. La diferencia con otro arte es que no vemos el trabajo que hay detrás de por ejemplo la persona que pasa diez horas diarias tocando su instrumento, su trabajo de fondo es más privado. El bailarín trabaja  con su cuerpo y el cuerpo habla, sale contracturado, dañado, emocionalmente también porque proyectamos emociones. Vinculas cuerpo, mente, con las memorias de todo lo que haces a nivel dancístico. La figura de ese artista siempre va a ser más agresiva que otra figura artística.


Desde el primer momento trata a los niños de artistas, les llama así.

Lo son. El trabajo es una constante y ellos van cogiendo hábitos, da igual si cuesta o no, es un método, y ellos cogen dinámicas de trabajo que les hacen sentirse artistas. Cuando entran a un centro, a una disciplina artística, ellos saben que son especiales. A veces creo que ellos enseñan más de lo que cualquier pedagogo puede enseñarles, porque el pedagogo guía, el artista brilla, es cuestión de quitarle todos los miedos para que lo puedan hacer.



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