Las minas de Rodalquilar están en venta

Están dentro de una de las fincas más grandes de Almería con una extensión de 724 hectáreas

Restos de arqueología industrial de las antiguas minas de oro de Rodalquilar.
Restos de arqueología industrial de las antiguas minas de oro de Rodalquilar.
Manuel León
10:41 • 21 jul. 2021

José Antonio Cánovas, administrador de la empresa Agrícola Mar Menor, que acaba de vender por dos millones de euros el Cortijo del Fraile (Níjar) y 23 hectáreas colindantes a la Diputación, pone a la venta también las minas de Rodalquilar que son también de su propiedad, incluido el viejo lavadero americano mil veces fotografiado. 



Los terrenos de la vieja explotación aurífera forman parte de una descomunal finca que tiene una extensión de 724 hectáreas en el corazón del Cabo de Gata y que no tiene otra salida que poder hacer un Parque Turístico o Temático del antiguo yacimiento debido a su alto grado de protección ambiental.



La empresa propietaria mantiene dentro de esta vasta extensión de territorio una explotación agrícola ecológica al aire libre de  productos de hoja verde como el brócoli y la lechuga que se riegan con pozos que hay dentro de sus límites. 



El propietario, en algún intento de compra anterior, planteó la necesidad de cobrar a través de permutas de suelo de las distintas administraciones interesadas como la local y la autonómica. Sin embargo, hasta ahora, la única que ha dado un paso en firme ha sido la Diputación Provincial que ha firmado el contrato de compraventa para poner en valor el viejo cortijo del Hornillo donde sucedieron los hechos del Crimen de Níjar en 1928 que inspiraron obras universales de autores como Carmen de Burgos y Federico García Lorca. La actual empresa propietaria, de origen murciano, adquirió los terrenos de las minas en 1996 en alianza al 50% con la firma ejidense Dunia, de la familia Mateo, quien revendió su parte dos años después a Agrícola Mar Menor. La finca, hasta los límites con el valle de Rodalquilar ha estado ancestralmente dedicada en su mayor parte a la siembra de cereal como forraje para el ganado.



En los años en los que fue alcalde de Níjar Joaquín García, la Junta barajó la idea de adquirir el predio para hacer un gran sendero  rural hasta los lavaderos y las antiguas máquinas que quedan de extraer el oro como restos de arqueología industrial, junto a las oficinas del Parque de la Junta de Andalucía. Pero la idea no fraguó. 



La Agencia de Medio Ambiente compró parte del poblado aledaño en 1993 para reconvertir las antiguas casas de los mineros en unas villas turísticas, pero ninguno de esos proyectos se ha podido realizar, al margen de la restauración paisajística, la Casa de los Volcanes, una oficina de información y un espacio para conciertos de verano.



La última actividad minera en Rodalquilar la protagonizó la empresa americana St. Joe en 1989 con escaso bagaje, ya que el descenso del precio de la onza en el mercado internacional volvió a forzar su cierre definitivo un año después. Se acabó así la leyenda de Eldorado almeriense que adquirió esplendor en las primera décadas del siglo XX.



Oro, alumbre, caolín, amatista y andresita

Rodalquilar ha sido casi siempre tierra de oro, aunque no ha sido sólo este preciado mineral el que se ha extraído de sus entrañas. En el siglo XVI, el Obispado de Almería se dedicaba allí a la explotación de los alumbres para el textil. También se extrajo amatista para piezas de joyería, caolines para cerámica y andesitas para adoquines. Las minas estuvieron en manos de capital inglés hasta que el Estado se las incautó después de la Guerra y las mantuvo dentro del INI, hasta su cierre en 1966. Ahora, junto a la sede del Parque permanecen varadas la planta Denver, tolvas, decantadores y edificios en ruinas de otro tiempo.


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