Descubre los tesoros del interior de ‘Costa de Almería’

Diputación continúa acercando a visitantes y almerienses los tesoros que esconde la provincia

La gran joya geológica de la corona, la Geoda de Pulpí.
La gran joya geológica de la corona, la Geoda de Pulpí. La Voz
La Voz
20:59 • 12 ene. 2023

Hay una Almería en el interior del interior, allí donde se guardan los tesoros más preciados, preparada desde tiempos inmemoriales para ser descubierta. Una Almería oculta a los ojos de la superficie, pero con verdaderos botines en sus entrañas que en muchos casos se configuran como joyas geológicas a nivel mundial. Si esplendorosa y atractiva es la Almería que vemos, tanto o más es la que habita bajo tierra, la Almería que hay en ti… y en sí misma.



 



La Diputación continúa impulsando el turismo con una campaña de promoción para dar a conocer también lo que se esconde bajo el interior de la provincia y que también complementa la mejor oferta turística del arco mediterráneo continental.



 



La gran joya geológica de la corona se encuentra en el noreste de la provincia, casi al borde de los límites provinciales y en el interior de una mina que por algo se la conoce como la Mina Rica, en la pedanía pulpileña de Pilar de Jaravía. La Geoda de Pulpí cuenta con unas dimensionas que permiten catalogarla como gigante y es la segunda conocida más grande del mundo, la mayor de Europa y la más importante a nivel mundial de las visitables, ya que la que se encuentra en México (Mina de Naica) y que la supera en tamaño ofrece unas condiciones muy extremas de temperatura que hacen prácticamente inviables las visitas.



 



Una geoda es una piedra hueca tapizada de cristales, normalmente de cuarzo, amatista y yeso cristalino, formaciones que suelen tener un pequeño tamaño y que son consideradas joyas naturales. Ubicada a 50 metros de profundidad, la de Pulpí mide casi 9 metros de largo, 3 de ancho y casi 2 de alto y posee una gran colección de formaciones cristalinas de gran tamaño. Una verdadera ‘habitación’ de cristales preciosos digna de ser contemplada. Y esto en lo concerniente a su ‘estancia’ principal, ya que la cueva ofrece también a la vista otras geodas de menor tamaño, pero igualmente espectaculares. El enorme interés que generó su apertura al público es la mejor prueba del rutilante recurso turístico que supone para Pulpí y toda la provincia contar con tal maravilla natural.



 

Lo mejor de todo es que los apasionados de la geología y la espeleología tienen más donde disfrutar en la provincia, pues también cuenta con una importancia capital a nivel planetario la compleja red de galerías subterráneas que conforman el Karst en Yesos de Sorbas. Se trata de un extraordinario complejo de cuevas, cañones, dolinas, geodas y otros fenómenos kársticos, excavados en todos los casos por la acción del agua sobre un enorme depósito de yeso. Los karst se producen cuando el agua va disolviendo, con el paso del tiempo, o bien rocas calizas (más comunes) o, como en el caso de Sorbas, de yeso.

 

En total, se contabilizan más de 1.000 cavidades excavadas en yeso, con gran cantidad de galerías repletas de espeleotemas de gran belleza y en algunos casos, únicos, tales como estalactitas y estalagmitas (que se producen cuando el yeso disuelto en agua vuelve a cristalizar), así como corales, anillos, bolas de yeso... El karst de Sorbas alberga el 15% de las cavidades mundiales con desarrollos por encima de los 500 metros, así como la tercera, cuarta y quinta cuevas en yesos más profundas del mundo. La baja pluviosidad histórica de Almería ha permitido que el estado de conservación, y por tanto la posibilidad de ser visitadas, sean óptimos, pues el proceso de formación y desaparición del karst por acción del agua es mucho más lento que en casi todos los lugares similares del planeta, lo que explica que sea uno de los complejos de este tipo más impresionantes y mejor conservados del mundo. Un verdadero paraíso para los espeleólogos.

 

 

Protagonistas de la Prehistoria 

Y otras cuevas almerienses, aunque estas surgidas en paredes rocosas de la superficie, dan buena fe de que el hombre se asentó desde tiempo inmemorial en esta tierra del Sureste español. Son cuna, además, del símbolo más icónico con el que se representa a Almería, el Indalo, una representación gráfica seguramente de una figura humana con un arco, que apareció en una de las pinturas rupestres del Neolítico tardío o Edad del Cobre que se encuentra en el Abrigo de Las Colmenas, aunque se suele atribuir su procedencia a la cercana Cueva de Los Letreros, situada en la falda del Maimón, en Vélez-Blanco.



 

La Cueva de Los Letreros alberga un conjunto de pinturas rupestres consideradas uno de los más importantes tesoros arqueológicos no ya de Almería, sino de toda Andalucía. Además del archiconocido Indalo, en su roca se encuentran también pinturas de otra figura, bautizada popularmente como ‘El Brujo’ o ‘El Hechicero’.

 

Y un abrigo de 39 metros de amplitud, 18 de altura y 17 de profundidad máxima configura la conocida Cueva de Ambrosio, considerada Monumento Natural de Andalucía y Patrimonio de la Humanidad. Ubicada también en el municipio de Vélez-Blanco, alberga pinturas rupestres datadas en la época del Paleolítico superior.

 

 

Los grandes yacimientos arqueológicos de Almería 

El Enclave Arqueológico de Los Millares es el más fiel ejemplo de la ancestral ocupación humana del territorio almeriense, un vestigio importantísimo de la Prehistoria en la Península Ibérica, merced a sus más de 5.000 años de antigüedad y la importancia de los restos aflorados gracias a las múltiples excavaciones realizadas, catalogados en el marco de la cultura del Argar. Lo mejor de todo es que aun hoy quedan zonas sin tocar y que los visitantes pueden disfrutarlo en primera persona con total comodidad.

 

Los Millares, enclave perteneciente a la población de Santa Fe de Mondújar, está formado por un extenso conjunto de restos arqueológicos con tres partes bien diferenciadas. Por un lado, un poblado fortificado con cuatro líneas de murallas concéntricas y una ciudadela en su parte más interior; por otro, una necrópolis de aproximadamente 80 tumbas colectivas; y finalmente un conjunto de 13 fortines, situados a ambos lados de la rambla de Huéchar, que completan el potente sistema defensivo que controló el asentamiento y su territorio más próximo, y que da buena prueba de la importancia que tuvo durante muchos siglos dicho asentamiento.



 

El yacimiento está considerado uno de los más importantes de Europa de la Edad del Cobre (3.200-2.200 a. C.). Se descubrió a finales del Siglo XIX mientras se construía la línea férrea Almería-Linares y ha resultado clave para el estudio y la comprensión de la Edad del Cobre, debido a su monumentalidad, complejidad y nivel de investigación. Se compone del yacimiento arqueológico, un centro de recepción de visitantes y una zona interpretativa, cuya visita es independiente pero complementaria a la del yacimiento. Las visitas son de carácter gratuito.

 

Igualmente importantes resultan otros enclaves repartidos por la provincia, que también albergan vestigios de distintas épocas. Muy relacionado con Los Millares es el de Terrera Ventura, en Tabernas, que igualmente cuenta con Centro de Visitantes y fue descubierto por casualidad en 1929. En las excavaciones realizadas afloraron fondos de cabaña de planta semicircular excavada directamente en la roca y numerosos objetos pertenecientes al Neolítico final y a la Edad de Cobre, datados entre los años 2300 y 2200 antes de Cristo, la época más probable de esplendor de este asentamiento. Se han encontrado, al igual que en Los Millares, numerosos restos de la cultura argárica.

 

Recién inaugurado está el Centro de Interpretación y Visitantes del Yacimiento Arqueológico de Ciavieja, en El Ejido, en este caso una amplia colección de restos de la época romana, cuando lo que hoy es El Ejido se denominaba Murgi. Un gran mosaico, numerosos objetos y construcciones como unas termas son solo algunos de los vestigios del enclave, que promete hacer aflorar más en un futuro cercano.

 

Y de una época más cercana, pero igualmente atractivo e interesante desde muchos puntos de vista, el Cerro del Espíritu Santo de Vera es un reflejo certero de la catástrofe natural que asoló la población entonces llamada Bayra a principios del Siglo XVI. El minucioso trabajo arqueológico realizado en el lugar ha permitido que nos podamos hacer una idea muy real de cómo era aquella ciudad en 1518, justo cuando quedó sepultada por acción de un gran terremoto.

 

 

Un pasado minero muy reciente 

Y la provincia de Almería está salpicada en todos sus flancos por vestigios de un pasado relativamente reciente de actividad minera. Plomo, hierro e incluso oro son metales que predominaban en distintas zonas y que, especialmente durante la segunda mitad del siglo XIX, propiciaron una gran actividad económica y desarrollo para las poblaciones.

 

Serón es uno de los principales referentes mineros de Almería, en concreto el poblado de Las Menas, que se levantó a varios kilómetros del núcleo urbano, lo más cerca posible de los grandes filones de plomo y hierro de la Sierra de los Filabres. Durante más de 80 años fue considerada una de las principales zonas de extracción metalúrgica de toda Europa, reuniendo en dicho poblado a más de 2.000 personas. Hoy en día quedan a la vista numerosos vestigios de aquella actividad, como una coqueta iglesia de estilo inglés, barracones, un colegio e incluso un hospital, así como cargaderos y restos de las vías de tren que se utilizaban para el transporte del mineral. La mejor forma de conocerlo es a través de la Vía Verde del Hierro de Serón, que precisamente recorre parte de este trazado ferroviario y que atesora una gran belleza.

 

En Rodalquilar, pequeña población perteneciente a Níjar y ubicada en pleno Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, era oro lo que buscaban y encontraban los mineros. En torno a 100 años, y con fecha límite a mediados de los 60 del siglo XX (como en Serón), estuvieron suministrando oro estas minas, de las que también quedan a la vista numerosos vestigios. Recoge la documentación existente al respecto que en un solo día podían extraerse más de 600 toneladas del preciado metal, lo que da una idea de la importancia de este yacimiento minero.

 

Son muchos los lugares donde se ha extraído históricamente hierro y plomo en la geografía almeriense. Muy significativos resultan tanto Bédar como Lucainena de las Torres, en el Levante Almeriense y la Sierra Alhamilla, respectivamente. Los vestigios de las minas de Bédar protagonizan una preciosa ruta senderista, la Ruta de la Minería, y son muchos y muy visibles, significando una gran experiencia para los visitantes. Tolvas, cargaderos, o los restos de las vías ferroviarias sorprenden al senderista y lo transportan a un pasado no tan lejano. Y algo muy similar sucede en el considerado uno de los ‘Pueblos Más Bonitos de España’, Lucainena de las Torres, que se comunicaba por una gran vía férrea con el núcleo costero de Agua Amarga, a casi 40 kilómetros, y por donde se le daba salida al mar a sus cargamentos de hierro y plomo. Parte de esta vía es la protagonista de una Vía Verde análoga a la de Serón, en la que el caminante descubre los restos de grandes hornos donde se fundían parte de los metales extraídos.


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