Cómo evitar el dolor de pies durante la Semana Santa

El podólogo José María del Pino ofrece consejos para combatir el sufrimiento

Un nazareno descalzado, realiza su estación de penitencia.
Un nazareno descalzado, realiza su estación de penitencia. La Voz
Miguel Delgado Cerero
20:59 • 11 abr. 2022

Las calles de Almería lucen en estos días colmadas de procesiones y feligreses de las diferentes desfiles procesionales. La celebración de esta festividad religiosa consigue congregar cada año a cientos de almerienses que se dan cita para acompañar los diferentes pasos procesionales en los diferentes puntos de la ciudad. Después de dos años de pandemia regresan las tradiciones que no se han podido disfrutar en este periodo marcado por las restricciones de movilidad y la precaución en los contagios de la ciudadanía.



En el marco de una situación sociosanitaria mucho más favorable que la de estos dos años anteriores, donde hubo que suspender hasta en dos ocasiones los diferentes desfiles procesionales, los almerienses se preparan para lanzarse a la calle para pasar largas horas buscando el reencuentro con sus tradiciones más arraigadas. Sin embargo, pasar mucho tiempo esperando a las cofradías y no parar de andar durante varias horas seguidas puede generar problemas en determinadas zonas de nuestro cuerpo. La zona que más sufre en estas jornadas son los pies, por eso los especialistas recomiendan volcar una mayor atención para evitar que la gravedad de estos problemas cobre una mayor importancia.



José María del Pino es experto en Podología y desde hace algunos años observa que en su clínica muchos de los pacientes que acuden, lo hacen con anterioridad y con posterioridad a la celebración de la Semana Santa. Lo primero que recomienda del Pino es "estar preparado para la Semana Santa porque, además de ser un tiempo de oración también pasamos mucho tiempo esperando para que llegue la cofradía o la vamos acompañando en su recorrido habitual. Para hacer esto de una manera segura y conveniente lo recomendable es acudir con tiempo suficiente a un especialista para que nos haga una revisión que ayude a detectar cualquier alteración que podamos tener y ponerle solución con la mayor brevedad posible".



Muchas familias deciden aprovechar esta celebración para comprar nuevos calzados, sin embargo, si disponemos de un nuevo calzado para buscar las correspondientes cofradías y pasar muchas horas de pie sin descansar, lo recomendable es usar el zapato durante varias rondas previas para que el pie consiga realizar su hendidura y facilitar la comodidad durante las caminatas y las prácticas habituales de la Semana Santa. Este consejo que proporciona el podólogo almeriense se suma a otros como aumentar la observación de las extremidades para percatarnos de cualquier alteración que se pueda desarrollar en los dedos o en otras zonas de los pies o mantener una piel mayor hidratada para evitar las posibles sequedades que se puedan originar a raíz del roce con el propio calzado.



Calzado masculino y femenino



Existen muchas diferencias entre el calzado que son utilizados por caballeros y señoras. Además de sus diferencias estéticas, existen otros factores que alteran la comodidad y pueden abrir la puerta a los comunes dolores que pueden acortar la estancia en las calles y, consiguientemente del disfrute de esta fiesta primaveral. Dado que el calzado que se utiliza en estos días, por lo general, se distancia mucho del que se usa en días de diario, José María del Pino señala que, las mujeres que usan tacón, sea un tacón que no sobrepase los 3 o 4 centímetros. "La mujer siempre suele tender a utilizar zapatos de tacón de mayor altura para lucir un poco mejor, pero eso es un error porque conforme pasan las horas, y más si es una mujer que suele ir de mantilla, eso lo va a ir pagando porque la musculatura se va a ir fatigando y el pie va a ir sufriendo mucho".



En el caso del zapato de caballero, el experto en podología recomienda realizar una distinción entre la función que se vaya a realizar. "Si se trata de un costalero lo recomendable es utilizar un calzado deportivo. El que vaya simplemente como mero espectador se debería usar un zapato cómodo que tenga una suela firme que no sea ni excesivamente dura ni excesivamente blanda. Normalmente solemos interesarnos por zapatos con una suela muy blanda porque pensamos que nos va a amortiguar más y eso realmente es un error porque ese efecto dura muy poco tiempo y lo que genera es un mayor trabajo de la musculatura y ligamentos que a la larga se traduce en fatiga muscular. Si no utilizamos un calzado adecuado, esa fatiga nos va a llegar antes de tiempo. Tampoco podemos olvidar buscar un calzado que sea ajustable, con cordones, por ejemplo, que podamos aflojar cuando el pie comience a dilatarse como fruto del esfuerzo físico. Por último, un detalle que siempre pasa desapercibido son los calcetines, que deben ser de fibra natural como algodón, lana o lino y a ser posible que sean sin costuras. En el caso que las tenga, recomiendo usarlas al revés, con las costuras por fuera", señala el especialista.



Los pies, la conexión al suelo de cada paso, trono, penitente, mantilla, nazareno, acólito, fieles que alumbran y público en general. Como en toda buena instalación, las conexiones tienen que estar bien hechas y revisadas para que todo salga como es debido, así que los pies son una parte fundamental que tenemos que cuidar y preparar para pasar una Semana de Pasión sin más penitencia que la que nosotros queramos hacer.


Nazarenos y costaleros

Pasar muchas horas andando con un cirio o soportando importantes cargas sobre el cuello, hace que las extremidades inferiores sufran más de lo normal. Hay penitentes que deciden desarrollar su estación de penitencia desprovistos de cualquier calzado, pisando las diferentes calles y plazas almerienses descalzados.


El calzado de los nazarenos debe de ser cómodo, preferiblemente de piel, con suelas de goma que aíslen del frío y humedad, y a la vez amortigüen nuestro paso. La altura del tacón no debe de ser excesiva, pero se desaconseja el uso de calzado totalmente plano (alpargatas por ejemplo) a personas que no estén acostumbradas, ya que pueden generar lesión en nuestros músculos, tendones y ligamentos. Sin embargo, en periodos prolongados a pié quieto deben de alternarse el apoyo en cada una de las piernas. Es aconsejable hacer también movimientos giratorios con cada pie.


En el caso de personas que realizan su estación de penitencia descalzos, se recomienda que hagan esta actividad (caminar descalzos) durante un tiempo todos los días al menos quince días antes de su procesión. De esta forma, la piel, musculatura, tendones y ligamentos se irán preparando para ese día. Hay que prestar especial interés a los objetos que puedan encontrarse en el suelo. Se desaconseja el uso de medias finas, que además de no proteger, pueden llegar a enganchar pequeños chinos, cáscaras, etc, que nos producirán lesiones en nuestra piel. Tras la procesión lavar los pies con agua tibia y jabón antiséptico, dejando actuar este durante unos cinco minutos. Prestar interés a posibles lesiones y si no las hubiese aplicar una capa de crema hidratante. En el caso de presentar cualquier lesión, acudir a un podólogo. Está totalmente desaconsejado el hacer su estación de penitencia descalza a cualquier persona que tenga un pié de riesgo (diabéticos, anticoagulados, personas con enfermedades vasculares o neurológicas).


El calzado de las personas que desarrollen su estación de penitencia bajo el paso, costaleros y costaleras, debe de quedar bien ajustado a pié y tobillo, ser estable y permitir el deslizar el pié por el suelo. Hay que conseguir una suela que ni se escurra, ni se adhiera tanto que haga que nuestro pié no se pueda deslizar.


Se aconseja calzado deportivo, con más amortiguación, sujeción y confort que otro tipo de calzado. Hay que asegurarse de que este calzado no esté deformado, ya que si fuese así, con el sobrepeso al que se va a ver sometido, puede generar lesiones en nuestros pies y tobillos.


Hay que tener cuidado con las típicas alpargatas, ya que son calzado muy plano y duro, con lo que puede generar lesiones en musculatura y tejido adiposo de amortiguación de nuestros pies. Del Pino también señala mostrar "especial cuidado en los desniveles, donde se carga con los pies de puntillas, ya que cualquier falso movimiento puede dañar nuestros tobillos. Es importantísimo hacer la igualá con el calzado que se vaya a llevar el día de la salida".


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