Esteban Villarreal, nacido para jugar y criado para triunfar

Fichaje de la joven promesa chilena por parte de un Unicaja Costa de Almería

El nuevo jugador del equipo ahorrador.
El nuevo jugador del equipo ahorrador. La Voz
La Voz
13:57 • 22 jun. 2020

Toda una vida (corta) ligada al voleibol, deporte en el que parecía estar escrito que brillaría. Y sí, hizo otros, pero de madre jugadora internacional y de padre técnico… poca ‘escapatoria’ le iba a quedar al adolescente Esteban, rápidamente considerado como una promesa para su país. “Nací en Santiago de Chile el primero de agosto del 97”, tan solo 22 años en el anuncio de su fichaje, 23 durante la temporada en la que vestirá de verde, “a pesar de que mis inicios en el deporte no fueron en el vóley, siempre fui muy cercano a este deporte”, lo reconoce él mismo al explicar su origen: “Mi padre es entrenador y mi madre fue seleccionada nacional y jugó muchos años la liga de mi país, conmigo siempre acompañándola cuando era pequeño”. Seguro que es por ello que valore tanto la pureza de gesto: “Me enseñaron los fundamentos básicos desde que recuerdo”. Nacido para el voleibol, hecho para engrandecerlo.



Entre genes y aprendizaje, la última década la ha pasado preparándose para ir con todo a por su destino: “Mi primer entrenamiento, cuando ya decidí empezar a jugar al vóley, fue en enero de 2010, a manos de un colega de mi padre; después ingresé en el equipo de mi colegio al empezar el año escolar, y entonces fue cuando asistí y una captación de la Federación Chilena, en la cual quedé seleccionado para seguir entrenando”. De hecho, además de que en la portada web de FEVOCHI está inserto un vídeo de Esteban Villarreal entrenando desde casa y dando ejemplo durante una fase dura de confinamiento en la que se encuentra Chile actualmente, entró por la puerta grande en competición, quinto en el Sudamericano de clubes con el equipo ADO, tomando ejemplo del plan que España puso en marcha antes de Barcelona 92, dando recursos a los deportistas para dedicarse solo a preparar la cita olímpica.



Tras una temporada en la selección absoluta de su país, el salto a Europa lo dio a través de Suiza, Pallavolo Lugano, militando dos temporadas a gran nivel en ámbito continental, jugando Champions y siendo quinto en la CEV Cup, compaginando en todo momento su desempeño profesional con la defensa internacional de su país en diversos campeonatos. Del país centroeuropeo pasó a la Superliga y no tardó en dar destellos de su calidad. De hecho, no se le hizo tarde para conseguir su primer MVP, concedido en la segunda jornada, al conducir a Río Duero Soria a la victoria por 3-0 sobre Ushuaïa Ibiza Vóley, aportando además siete puntos, cuatro de saque directo. Precisamente en esa faceta del juego, el servicio, llega para sumar a un ya temible grupo de excelentes sacadores, aunque lo más importante de su función es la dirección de juego, junto a un Ignacio Sánchez del que habla maravillas: “Jugador completo, con más experiencia que yo y respeto eso; trataré de aprender de él, ya que siempre se puede mejorar, pero al mismo tiempo mi intención es jugar el mayor número de partidos; será una bonita rivalidad deportiva en nuestra posición”.



En ese sentido, sabe que viene a un club en el que crecer, “un equipo con un trabajo muy serio, que se esfuerza en todos los aspectos en ser el mejor y que impulsa a sus jugadores a buscar eso”, porque piensa en grande: “El primer objetivo, ganarme la titularidad, jugar y crecer como jugador, hacer una buena temporada y claramente al llegar a un equipo como Almería el objetivo es nada menos que salir campeones; después, a medio o largo plazo, me gustaría ir avanzando a mejores clubes y ligas, a pesar de que esta está bien conformada y tiene clubes de muy alto nivel, pero me gustaría poder jugar en Italia, Polonia o Rusia, por ejemplo”. Su vía para lograrlo es Unicaja, en el que ficha por “su historia y que siempre esté peleando por los puestos superiores; es un equipo que sabe armarse para luchar por todo, y que se me haya considerado a mí para eso significa que estoy haciendo las cosas bien”.



Por ello, por su admiración y la certeza de que aquí puede situarse más cera de los más ambiciosos objetivos como profesional ya expuestos, la negociación “fue muy rápida, la verdad”, confiesa: “Cuando mi agente me dijo que había interés por parte del club, a pesar de que primero le dije que quería saber todas las posibles ofertas en ese momento, le pedí que siguiera adelante y que buscáramos acuerdo; el querer saber todas las ofertas de otros clubes es para poder tomar una decisión ‘informada’ y no apresurarme, pero desde el principio supe que era muy buena oportunidad”. Y la confianza en el grupo también le invita a soñar: “Tiene muy buena pinta, a pesar que se fueron varios jugadores, pero Unicaja sabe cómo armarse para competir al más alto nivel, los españoles y extranjeros que ficha son de alta categoría y espero que podamos dar muchas alegrías al club”.



Entrando en España por Soria, tierra de vóley, su aclimatación fue buena: “Siento que no me costó mucho; una diferencia que tuve fue que jugábamos un poco más rápido a lo que acostumbraba, pero luego de unas semanas de entrenamiento y los primeros partidos logré adaptarme, y creo que congenié bien con el grupo”. Al verse a si mismo, aportar y recibir en Almería: “Mi nivel está en aumento y llegar a Unicaja es una oportunidad de seguir creciendo, ahora es un buen momento para intentar un desafío aun mayor al que fue llegar a Soria; espero poder estar a la altura a pesar de que la situación mundial no es la óptima para realizar deportes; espero poder prepárame y llegar en buen estado”. Y es que lo importante lo lleva ‘de serie’: “Yo me defino como un jugador apasionado y perfeccionista, me gusta y disfruto cuando las cosas salen bien y me esfuerzo mucho para que así sea, y cuando no salen trato de dar lo mejor de mí para dar la vuelta a una situación desfavorable”.



En Suiza le costó un poco más, pero no con el grupo y sin merma de su capacidad de ser una esponja: “La experiencia con los chicos fue muy buena y tengo claro que aprendí mucho de jugadores de altísimo nivel”. Llegó tras el Mundial Sub-19 y allí la travesía transoceánica, cruzando el Atlántico, se hizo completa, conociendo del todo la exigencia de la competición europea de clubes: “Es una de las más fuertes y el poder competir en ella es un gusto; ver y medirse a grandes jugadores me motiva a alcanzarlos y superarlos algún día”. Por tanto, sería muy feliz de que por fin se vea culminada la participación ahorradora en la Champions. Con todo, sea solo nacional o internacional, su paso por las filas de Unicaja Costa de Almería sabe que no va a ser en balde, y así se lo dice a la afición en su primer mensaje: “Le digo que vengo a dar lo mejor de mí, que verá un trabajo serio y dedicado para brindar solo alegrías”.




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