Comer perdices

Juanma Moreno se presenta vestido de príncipe azul

Emilio Sánchez de Amo
09:00 • 17 jun. 2022

“Era sé una vez”, qué gran frase esta con la que iniciaban tantos cuentos escuchados y leídos de pequeños, se nos abrían los ojos y los oídos para despertar la imaginación y la creatividad. No en vano, el cuento es una de las formas literarias populares más antiguas en la transmisión oral, algunos encontrados en Egipto datan del 2000 a.C. Es la narración por excelencia para nuestros pequeños. También debería serlo para el 3’7 % de niñas, niños y adolescentes de entre 4 y 14 años que, según un estudio de Save the Children, poseen trastornos mentales en Andalucía, casi el triple que hace tres años, con un aumento extraordinario de intentos de suicidio.



Muchas historias con un final incierto e infeliz a las que dar respuesta. Pero es fundamental una buena atención primaria para la detección ante los primeros signos, casi imposible hoy por el deterioro de la sanidad pública andaluza, citas de atención primaria en diez días vista, y el cuento de nunca acabar cuando necesitas especialista.



La escuela es otro espacio de detección de trastornos, pero faltan profesionales para ello, y sobran alumnos por aula – bajar a 20 es la propuesta del PSOE de Juan Espadas –, en lugar de cerrarlas, como ha hecho Moreno Bonilla con 182 aulas en Almería, porque así podríamos atender mejor la estabilidad emocional de nuestros menores.



Juanma Moreno se presenta vestido de príncipe azul, pero Andalucía no se deja engañar, es el príncipe Encantador de la película Shrek, el villano que es capaz de cualquier cosa para hacerse con el trono. Y en el camino deja Andalucía devastada, situada a la cola de España en calidad sanitaria, y dejando una tasa de paro que representa el 26% de todo el país. Debería dar cuenta de su gestión y dejarse de cuentos, porque en Almería, las listas de espera para dependencia no se mueven, ha cerrado el Hospital de Cruz Roja en plena pandemia, el Centro de Actividades Náuticas y el Albergue Juvenil de la capital, se ha cargado hasta el centro de menores de Purchena, por no hablar del abandono y pérdida de identidad del Centro Andaluz de la Fotografía.



Todo esto no ayuda a nuestros menores, pero lo malo es que el cuento puede empeorar también en calidad democrática y pérdida de derechos. La derecha extrema con la que quiere pactar Juanma es la heredera del lobo de Caperucita, o del de Los tres cerditos, no se confundan como en el cuento porque se vistan de abuelita enferma o se pinten la patita para enseñarla bajo la puerta, ¡son el lobo! Pero este domingo, por más que digan sus encuestas, podemos elegir el final del cuento y comer perdices.






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