Irene Montero

Su ley de libertad sexual está sacando antes de tiempo a los violadores de las cárceles

Alberto Gutiérrez
09:00 • 03 dic. 2022

Nada más llegar a Ciudad de México hace siete años tomé un taxi, que es el lugar donde los cuates orean todas sus quejas al pasajero a poco que les den cuerda. Cuando le presenté el pico de la muleta al inquirirle por el presidente que gobernaba entonces en México, Enrique Peña Nieto, se arrancó bravo y pronto: “¡ese es una pinche rata mugrosa!”, sentenció. Unos años después me he acordado de aquella anécdota porque en España se está hablando mucho de las palabras que profirió una diputada de Vox a la ministra Irene Montero, quien atribuye a la violencia política lo que, en todo caso, pudo ser una falta de respeto, como la del cuate en el taxi, pero con menos gracia.



Claro que la expresión utilizada por la diputada conservadora fue poco edificante, pero la sangre no debió llegar al río y menos aún a la calificación histriónica e interesada de la ministra con aquello de violencia política. La dirigente de Unidas Podemos encontró el hueco preciso para desaguar las críticas a su insostenible ley de libertad sexual, que está sacando antes de tiempo a los violadores de las cárceles y esta es la única verdad del asunto. Sin embargo, la mascarada de la mal llamada violencia política no le va a funcionar eternamente a nuestra protagonista, pues el goteo de las noticias de las rebajas penales está siendo constante. De ahí que en la manifestación del 25N las propias feministas le pidieran la dimisión. Por incompetente. 



Que sean los miembros de Unidas Podemos quienes se rasguen las vestiduras ante las palabras ajenas resulta risible y acaso estrafalario. Ellos y ellas inyectaron su veneno en la política española y sabotearon los consensos entre las dos Españas cuando tocaron moqueta. Ellos y ellas no han querido nunca sumar sino dividir a los ciudadanos mediante la siembra del odio. Porque odio es lo que la ministra Montero exuda por todos los poros de su cuerpo cuando se dirige a quienes no pensamos como ella. Y, por si fuera poco, esta misma semana afirmó en el Congreso que el PP promueve la “cultura de la violación”. Queda muy claro: violencia política eres tú, Irene. Pinche y mugrosa violencia política que está devolviéndonos a épocas tenebrosas de nuestra Historia y que nos tiene, sí, violentados a millones de españoles como hacía mucho tiempo.









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