Fallece en Madrid Luis Cañadas, el pintor y muralista indaliano

Fallece en Madrid Luis Cañadas, el pintor y muralista indaliano

Miguel Naveros
21:53 • 09 feb. 2013

Luis Cañadas, miembro fundador del Movimiento Indaliano y uno de los más importantes artistas almerienses del siglo XX, falleció antes de anoche en el Hospital Clínico de Madrid tras unos días en pésimo estado. Cumplió 85 años el pasado día 28.
Su esposa, Carmina Cortés, su hija María y su hermano Aureliano tenían ya avisados a los amigos desde principios de semana. Visto que que una posible intervención quirúrgica no iba a resolver la grave situación que padecía, sólo una cosa preocupaba a su familia, que no sufriese inúltimente. Luis Cañadas se mantuvo consciente prácticamente hasta sus últimos momentos.
Su cadáver es incinerado hoy en Madrid y fuentes de su familia confirmaron a La Voz de Almería que sus cenizas serán esparcidas próximamente en Bentarique, pueblo en el que pasó felices días de infancia.
Una vida difícil
Nacido en Almería en 1928, tuvo una infancia y adolescencia especialmente duras. La Guerra Civil primero y el fusilamiento en diciembre de 1939 de su padre, Luis Cañadas Martínez, maestro y prestigioso jurista, activista republicano, marcaron sus primeros años.
Precisamente en 1939 ingresó Luis Cañadas en la Escuela de Artes y Oficios de Almería, donde destacó desde los primeros momentos. En 1943 participó en el concurso-exposición de los alumnos de la Escuela, en 1945 entró a formar parte del Movimiento Indaliano y en 1946 recibió muy favorables comentarios por la obra presentada al I Salón Indaliano.
Fue seleccionado en 1947 para la exposición de los indalianos en Madrid y recibió, paralelamente, el Premio Vázquez Díaz por su obra ‘Paisaje de la Joya’. La exposición de Madrid le granjeó comentarios muy favorables a su obra y empezó una serie de muestras en cadena, entre ellas su primera individual, en 1948.
Maestro del muralismo
Tras una estancia como becario en la capital, siguió su carrera en Almería y diversos premios, entre ellos el ‘Costa del Sol’ y el de Educación y Descanso, lo animaron a trasladarse a Madrid, donde residió hasta su muerte.
Su obra ha sido expuesta con regularidad en Madrid, Almería y otras ciudades españolas y extranjeras. Mención especial merecen sus murales, que lo colocan entre los principales muralistas españoles del último medio siglo.
Más desconocida es su faceta de escritor, cultivada especialmente en los últimos años de su vida, cuando sus graves problemas de vista lo empujaron a escribir más metódicamente. En 2010 el IEA publicó ‘Cuentos de un pintor’, su única obra literaria impresa.







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