Salir de Almería se convierte en una odisea llena de barreras

Salir de Almería se convierte en una odisea llena de barreras

Lorenzo Robles
21:47 • 04 may. 2013

José Antonio tiene 28 años y se desplaza en silla de ruedas. Cuando quiere desplazarse dentro de la provincia y opta por el autobús, necesita planificar bien su viaje. “Tengo que ir o llamar dos días antes a la compañía para conocer cuál es el horario del autobús en el que sí hay una plataforma elevadora y una plaza para una silla de ruedas, ya que apenas hay vehículos adaptados, y se van asignando a diferentes recorridos y horarios”.


Este joven con movilidad reducida pone como ejemplo la línea que une Almería con Aguadulce. “Si el autobús que me lleva sale a las seis de la tarde, para volver a la capital he de esperar hasta las siete de la mañana del día siguiente. La verdad es que salgo menos a la provincia de lo que me gustaría, pero es que con la ausencia de vehículos adaptados que hay, no puedo estar siempre recurriendo a los amigos o familiares para que me lleven o traigan permanentemente”.


A Sevilla y de ahí a Madrid
Por su parte, Alfonso tuvo que desplazarse hasta Madrid para una consulta médica y optó por ir en tren. Sin embargo, cuando preguntó por el convoy en el que podía viajar con su silla de ruedas, le confirmaron que no había ninguno. Así que se vio obligado a ir a Sevilla en un tren regional, en el que sí hay plaza adaptada; y allí subirse en un AVE, en los que sí hay varias de estas plazas destinadas a personas con movilidad reducida. Así que el desplazamiento le costó más caro y tuvo que invertir mucho tiempo. “Al final, acabas comprándote un coche adaptado, a pesar de que no hay ayudas económicas para que no nos cueste tan caro”.




Deficiencias en todos
Estos son sólo dos casos de las dificultades que se encuentran los almerienses que se desplazan en silla de ruedas a la hora de salir o moverse por la provincia en alguno de los cuatro medios de transporte público: tren, avión, barco o autobús.


Así, tal y como se informa desde el servicio de atención al cliente de la empresa BAM, que gestiona la oferta de autobuses que une Almería-Roquetas con Madrid; ninguno de los vehículos que diariamente lleva a cabo el recorrido dispone de una plataforma elevadora ni de plaza para una silla de ruedas. Así que si un discapacitado quiere realizar ese viaje “ha de avisar con, al menos, una semana de antelación a la fecha de realización del desplazamiento. En cuanto al precio del billete, se beneficiará de un diez por ciento de descuento respecto a la tarifa normal”.




Sólo una plaza por tren
Antonio Sánchez de Amo pertenece a la Asociación de Personas con Discapacidad Verdiblanca y explica que, en el caso del tren, “en la línea Almería-Sevilla hay sólo una plaza de las llamadas H, en la que se encaja una silla de ruedas. Así que no pueden ir juntos una pareja o un grupo de personas que no pueden ser transferidas a un asiento normal. Y en el caso de que la silla sea eléctrica, no sé donde podría situarse en el vagón. Pero es peor la situación del servicio que une la provincia con Madrid, ya que los trenes no tienen plazas adaptadas a personas con movilidad reducida. Si un almeriense quiere ir a la capital de España con su silla de ruedas, se ve obligado a ir a Sevilla y allí coge un AVE a Madrid”.


Verdiblanca ha denunciado esta situación y reclamado soluciones a las diferentes administraciones públicas. Sánchez de Amo explica que “desde el año 2009 estamos esperando a que el Ministerio de Fomento nos comunique que va a mejorar esta deficiencia. En aquel entonces, el subsecretario de Fomento nos dijo que estaban trabajando para solucionarlo. Y el año pasado, cuando el actual subdelegado del Gobierno tomó posesión del cargo, se comprometió a trabajar por ello. Incluso no entendía la complicación del tema, ya que le parecía tan sencillo como que unos operarios quitaran uno de los asientos y lo conviertan en plaza H”.




La Junta no lo concede
En la misma línea, Verdiblanca ha pedido a la Junta de Andalucía que cuando adjudique una concesión para gestionar un servicio de autobuses, en las condiciones del concurso se establezca como obligatorio que los vehículos estén adaptados con plataforma elevadora y plaza para silla de ruedas. Sin embargo, “el gobierno regional nos ha respondido que es un factor que suma puntos a la hora de lograr la concesión, pero que no puede establecerlo como obligatorio”.


Respecto a los aviones, este portavoz del colectivo de discapacitados explica que en el Aeropuerto de Almería sólo operan aparatos de pequeño tamaño y en éstos “no hay espacio para que una persona viaje con su silla de ruedas. Así que cuando un viajero con movilidad reducida llega allí, es traspasado a una silla estrecha que puede pasar por el pasillo del avión; y es subido al aparato en brazos por dos operarios de la empresa que se encarga de la atención a los discapacitados. Así que si hace viento o llueve, el riesgo de caída para los tres es alto. Y dentro del avión los discapacitados deben ir en el asiento de ventanilla para que, en caso de algún tipo de emergencia, no dificulten la salida del resto de pasajeros”.


Finalmente, en el caso de los barcos que operan en el Puerto de Almería, el acceso de una persona en silla de ruedas se ha de hacer por la entrada para vehículos, y desde allí sube en ascensor a la zona del pasaje.



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