Bruno Nievas“Vivimos en un frágil equilibrio, es muy fácil repetir errores del ayer”

Bruno Nievas“Vivimos en un frágil equilibrio, es muy fácil repetir errores del ayer”

Evaristo Martínez
18:23 • 12 may. 2013

Antes de salir al mercado el pasado miércoles, "Holocausto Manhattan" (Ediciones B) ya estaba entre los diez libros más vendidos en digital en Amazon sólo por su volumen de reservas. Tras la publicación ha llegado en este formato al número 1 en iTunes, al 2 en la Casa del Libro y al 7 en la Fnac. Asimismo, la etiqueta #HolocaustoManhattan alcanzó la séptima posición en los ‘trending topics’ españoles en la víspera del lanzamiento. Datos que muestran por qué Bruno Nievas (Almería, 1973) es uno de los grandes representantes de la "Generación Kindle", autores que han accedido al complejo mercado editorial tras su éxito en la red.

Pediatra en un centro de salud de la capital, Nievas colgó gratis en Internet su primera obra, "Realidad aumentada", tras el rechazo de varias editoriales. Más de 40.000 descargas después, con muy buenas críticas en blogs y medios especializados, Ediciones B publicó la novela en papel y ahora repite con "Holocausto Manhattan", vibrante thriller que se mueve con agilidad en dos escenarios: febrero de 1944 en el campo de concentración de Auschwitz y septiembre de 2010 en Nueva York, donde planea la amenaza de un atentado terrorista.


De difundir ‘Realidad aumentada’ gratis en la red a ver ‘Holocausto Manhattan’ en Ediciones B, que además le ha nombrado autor del mes. ¿Cómo vive este cambio?
Casi en tercera persona, ya que te cuesta pensar que todo eso te esté ocurriendo a ti. Ver que tu novela ha sido rechazada y que ahora estás en la colección principal de una de las grandes editoriales del país compartiendo cartel con John Katzenbach, David Baldacci o Mario Puzo... Es la típica historia que siempre le pasa a otro.


¿Siente ahora una mayor responsabilidad?
En cierto modo, sí. ‘Realidad aumentada’ la escribí casi por casualidad y tuvo una historia muy bonita: colgarla gratis, recibir la ayuda de la gente, que llegase a una editorial como B... El chip te cambia cuando esa editorial te dice que está interesada en tu siguiente obra y se ponen a trabajar en ella: con editores, correctores, planificando el lanzamiento... La responsabilidad ya no es sólo con los lectores de ‘Realidad aumentada’ sino con quienes te ayudaron en un momento determinado y, por supuesto, con la editorial. Mucha gente dice que las editoriales no son necesarias pero hacen una labor a veces no visible pero fundamental. Y, sobre todo, están poniendo su sello por ti, se están jugando su prestigio.




¿Cómo fue el nacimiento de ‘Holocausto Manhattan’?
De la forma más casual posible, como suele pasar. Un día vi una noticia en televisión y la uní a un viaje que había hecho hacía muchos años a Auschwitz: esta visita debería ser obligada para que seamos conscientes de lo que puede llegar a hacer el hombre cuando se le despoja de sus más elementales normas de comportamiento y para entender que eso no debería suceder nunca, aunque tristemente, de una u otra forma, sigue ocurriendo. Pensé que podía crear una historia en la que se denunciara el frágil equilibro en que vivimos, lo fácil que es repetir errores del ayer.


En esta novela presenta dos líneas temporales y un amplio catálogo de personajes. ¿Cómo los ha trabajado?
En ‘Realidad aumentada’ casi el 99 por ciento se ve desde el protagonista y aquí quería experimentar un poco, quería atreverme a tocar la novela histórica y también a jugar con los puntos de vista. Hay dos grandes maestros en eso: Ken Follett, que usa cuatro o cinco, y Stephen King, que como buen genio loco puede llegar a emplear doscientos, como en ‘Apocalipsis’. He querido hacer algo intermedio, que el lector viva los hechos desde el punto de vista de los personajes, lo que acelera la historia, pero que también sienta su mundo interior.




Uno de los secundarios que ha escogido es Josef Mengele.
Es una de esas figuras históricas que provoca escalofríos sólo con nombrarle. Sabemos las atrocidades que cometió pero cuando te pones a investigar te das cuenta de que ni la Historia ni los archivos recogen todo lo que llegó a hacer. Y lo peor no fue lo que hizo sino lo que pasó en la Alemania nazi: que a una persona sin ninguna base científica y con esas ideas le dejaran actuar así. Es terrible, te hace darte cuenta de hasta dónde llega la locura humana.
 
¿Cuánto tiempo ha invertido en la elaboración de la novela?
Ha sido un proceso larguísimo de dos años y medio. La idea es que la historia sorprendiera, especialmente en la parte de Auschwitz, por su dureza. Quienes cuentan todo con pelos y señales son los supervivientes pero ellos tenían una visión muy limitada de lo que ocurría allí. Está todo tan polarizado que por ejemplo Rudolf Hess cuenta en sus memorias que todo fue perfecto, que lo único que intentó fue hacer trabajar a una gente ajustándose al presupuesto que le imponían. Cuando ves la visión de los prisioneros te das cuenta de que no tiene nada que ver. He leído decenas de libros de todos los puntos de vista, tanto de los judíos supervivientes como de los que fueron soldados, y se me han saltado las lágrimas viendo documentales, fotografías...


Sorprende lo gráfico, lo explícito, de algunos pasajes.
La editorial ha colocado la novela en ‘La trama’, que es su colección más negra. ‘Holocausto Manhattan’ es muchísimo más oscura y tiene tintes más realistas que ‘Realidad aumentada’, que más que ciencia-ficción era un thriller  con componentes de aventura. Aquí ahondo en sentimientos más oscuros que, por desgracia, son los que suelen mover la Historia.




Abre el libro con una cita de Heinrich Heine, ‘Aquellos que queman libros acabarán quemando hombres’. ¿Resume la frase el espíritu de la novela?
Heine fue un poeta alemán que dijo eso muchos años antes de que Hitler quemara libros, entre ellos los del propio Heine. Es una cita muy profética que, aunque fuera una casualidad, quiere decir que la Historia se repite y que la incultura lleva al salvajismo. Me gusta más en sentido positivo: creo que la libertad es la capacidad de poder elegir y el conocimiento es lo que te hace libre. La frase me parece que debería ser un modelo para nuestras vidas: jamás hemos de renunciar al conocimiento.


En la trama mezcla realidad y ficción y, como en su anterior novela, utiliza un pequeño componente fantástico.
Es algo puntual. Existe, está documentado, aunque obviamente está exagerado porque siempre me gusta ese pequeño componente de misticismo, de miedo a lo desconocido. Todo lo que cito es real y desgraciadamente la inmensa mayoría de lo que cuento sí es verdad y no está exagerado.


En ‘Realidad aumentada’ imaginaba unas gafas como las que ahora va a comercializar Google, y aquí introduce algunos elementos que podrían llegar a ser reales. ¿Le gusta jugar con la ficción a lo Julio Verne?
Si coges algo que pueda ser verdad y lo potencias o lo exageras no te puedes equivocar. En "Holocausto Manhattan" hablo de algunos peligros que están naciendo y que no creo que vayan a darse en los próximos meses pero si no tomamos las medidas, si no tenemos los pies en el suelo, si no apostamos por esa cultura del conocimiento que nos une como sociedad, sí podemos tener resultados tan devastadores como los que relato en la novela.


En la faja del libro aparecen comentarios de Juan Gómez-Jurado, que ya recomendaba la lectura de ‘Realidad aumentada’, y de Lorenzo Silva. ¿Cómo ha llegado a tener estos ‘padrinos’?
Con mucha suerte y mucha casualidad, algo irónico para alguien que no cree en las casualidades. A Juan Gómez-Jurado lo conocí por Internet y me ayudó mucho con ‘Realidad aumentada’. Cuando acabé ‘Holocausto Manhattan’ se lo mandé, lo leyó y me envió la frase, que me emocionó más incluso que la del primer libro. Con Lorenzo Silva coincidí en la Semana Negra de Gijón en una presentación cruzada: él hablaba de ‘Realidad aumentada’ y yo de ‘Niños feroces’. Le gustó mucho, me dio algunos consejos, me comentó qué podría mejorarse y me dijo que tenía potencial y que la segunda iba a ser mejor. También se la mandé y tras leerla se ofreció a hacerme una cita. Entonces ya había ganado el Planeta, lo que demuestra su valor humano, porque no tenía ninguna obligación.


También le presta una frase David Bisbal: que una editorial incluya la opinión de un artista es algo bastante insólito.
David es un gran lector --me consta que tiene un Kindle que usa mucho-- y había leído ‘Realidad aumentada’ por ser de un autor almeriense. Le gustó mucho, lo comentó por Twitter y cuando supo que estaba con la segunda me pidió leerla. También le gustó y se ofreció a escribirme una cita. Él siempre se ha mostrado noble y cercano, y eso había que compensarlo de alguna forma. En Ediciones B gustó la idea y decidieron incluirla aunque no es normal que se haga con alguien de fuera del mundo de las letras.


Usted es uno de los más conocidos representantes de la bautizada como ‘Generación Kindle’. ¿Le gusta esta etiqueta?
Estoy encantado. Todo lo que sea sentirte arropado y no solo es un halago. Este concepto se creó cuando Ediciones B empezó a apostar por autores que estábamos saliendo de Internet y de tiendas como Amazon. Hay quienes de broma, con un punto de malicia, lo llaman ‘Legión K’ porque parece que todo aquél que quiera publicar ha encontrado un reducto. Creo que Internet, Amazon o la ‘Generación Kindle’ son herramientas, y todo depende de cómo las utilices: hay gente con muchísimo nivel que sólo necesita un pequeño empujón para darse a conocer. Luego está el trabajo editorial, que es fundamental y necesario. Mi segunda novela es mejor porque hay un gran trabajo editorial detrás.


La novela aparece al precio de 19,50 euros en papel y a 2,84 euros en digital, casi diez veces menos. ¿Es éste el futuro?
Si me preguntas si el futuro es digital te diré rotundamente que sí. En Estados Unidos hay autores que venden en digital en una proporción de 9 a 1 sobre el papel, y lo que suceda allí acabará ocurriendo aquí en unos años. Soy de los que apuestan por los precios bajos, es la forma de acercar la cultura a la gente; de minimizar, que no evitar, la piratería. Si nos concienciamos de que los libros, el cine, la música, son cultura y que detrás tienen un trabajo que hay que pagar, antes encontraremos el equilibrio, por ejemplo, entre el formato digital y el precio. Aquí estamos en el círculo vicioso contrario: como en digital se piratea mucho y se vende poco, los precios suelen ser caros para amortizar los lanzamientos. Lo de ‘Holocausto Manhattan’ es una apuesta personal de la editorial: les pedí el precio bajo y me han hecho caso, ya que sale a un precio menor que sus novedades en digital. Espero que sea un paso más en esa dirección: ahora está en manos de los lectores.


Tras sus dos obras, ¿es pronto para hablar de unos rasgos reconocibles como escritor?
El lector de ‘Realidad aumentada’ y de ‘Holocausto Manhattan’ verá dos libros que no se parecen en nada pero tienen aspectos reconocibles. Mi editora lo llama pulso, dice que hay un latido en la lectura fácilmente reconocible, que atrae. Me gusta que la trama enganche al lector y le sorprenda constantemente, que vivan las historias y digan: me voy a Nueva York o a Auschwitz de la mano de los personajes, no de la mano del autor.


‘Holocausto Manhattan’ se presenta el miércoles 15 de mayo a las 19.30 horas en la librería Picasso de Almería.



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