Un nuevo beato para la iglesia almeriense

A las 12.30 de la mañana de ayer, el cardenal Angelo Amato descubría el tapiz con el rostro de los nuevos 522 beatos españoles. Y entre ellos, el de un almeriense, Feliciano Martínez, cuya vida de santidad ha sido ya reconocida por la Iglesia y puesta como ejemplo para los almerienses.
Con gran emoción daba la noticia a esa misma hora el delegado para las Causas de los Santos de la diócesis de Almería, José Juan Alarcón, que acudió a Tarragona para presenciar la ceremonia. Lo hizo junto con decenas de peregrinos de la Orden de San Juan del Hospital, a la que perteneció el almeriense, desde Valencia. Además de Feliciano, los hermanos agradecían la beatificación de otros 23 mártires de la Guerra Civil.
Sobre ellos decía el Papa Francisco, en un mensaje enviado desde el Vaticano, que son “cristianos ganados por Cristo, discípulos que han aprendido bien el sentido de aquel ‘amar hasta el extremo’ que llevó a Jesús a la Cruz”. Y tomó el ejemplo de sus vidas para afirmar que “siempre hay que morir un poco para salir de nosotros mismos, de nuestro egoísmo, de nuestro bienestar, de nuestra pereza, de nuestras tristezas, y abrirnos a Dios”.

Sin culpables Por su parte, el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Amato, aseguró que “la Iglesia no busca culpables” con la beatificación de 522 mártires de la “hostilidad anticatólica de los años 30’ del siglo pasado”. Y explicó que la ceremonia de beatificación “más grande” de la historia de la iglesia española es “un extraordinario evento de gracia, que quita toda tristeza y llena de júbilo a la comunidad cristiana”, como ocurre con la comunidad almeriense. “La Iglesia no quiere olvidar a estos sus hijos valientes. La Iglesia, casa del perdón, no busca culpables. Quiere glorificar a estos testigos heroicos del Evangelio de la caridad, porque merecen admiración e imitación”, aseguró el representante del Papa, para quien España “ha sido bendecida por la sangre de los mártires”.
La próxima causa en proceso incluye a un centenar de almerienses, por lo que la ceremonia podría celebrarse aquí en unos seis o siete años.