La balcanización burguesa o el ejemplo de Cataluña

Gonzalo Hernández Guarch
01:00 • 21 ene. 2014

La visita de Roberto Marioni, líder de la Liga Norte italiana, a la Generalitat, confirma la deriva de un régimen burgués hacia la nada. La patética ambición de Artur Mas de convertirse en el profeta del catalanismo demuestra que la “ética” de algunos políticos burgueses no conoce límites. 


Ahora los nuevos socios de una aventura hacia el desastre son tipos como Picardo, o los primeros ministros de Letonia y Lituania, que ni han entendido aun lo que es Europa, ni en el fondo les importa un comino lo que pueda sucederle a Cataluña y a España. Tampoco podemos olvidar a la asociación musulmana Watani, que no solo se suma al proceso, sino que exige participación en el mismo, como otros colectivos de inmigrantes arrastrados por ERC, en ardorosos mítines que nos recuerdan otros momentos.


Mientras, los españoles asistimos atónitos a un proceso kafkiano en el que los sentimientos se imponen a los razonamientos y a la historia. Una historia por cierto de tergiversaciones y mentiras que supondrá un lastre intelectual en el futuro de los independentistas. Ya lo dijo Abraham Lincoln, no se puede engañar a mucha gente durante mucho tiempo, y tampoco se puede hacer impunemente. La historia se venga siempre de los que la quieren manipular en su provecho. Cataluña está sufriendo un proceso de balcanización que va contra el sentido de la historia y que poco colabora en el enorme esfuerzo de todos por salir de la crisis. Ahí detrás, muy cerca aun, están Bosnia, Croacia, Serbia y Kosovo, aun sin cerrar las heridas. Lo que ocurrió entonces intenté describirlo en “Historia de tres mujeres, crónica de una guerra”. No seamos tan ingenuos como para pensar que todo este oscuro asunto no nos va a afectar sin más. Muchos pensamos que España no se merece esto.







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