La Justicia tarda 13 años en resolver los daños de una grúa desplomada

La Audiencia Provincial de Almería obliga a indemnizar a los dueños de dos vehículos destrozados en enero de 2001

Imagen del accidente de la grúa en 2001x,auto,a
Imagen del accidente de la grúa en 2001x,auto,a
Javier Pajarón
21:00 • 11 feb. 2014

Urbanización La Langosta, Aguadulce, 29 de enero de 2001. Pocos conocían el significado de la palabra ciclogénesis, pero el temporal de viento que azotaba el litoral almeriense firmaba estragos insólitos en la provincia de Almería. Volaron ramas, plásticos de invernaderos y toldos, las olas frenaban el tráfico marítimo y los bomberos se multiplicaban para atender todas las llamadas.





La vecindad dormía con el murmullo de las rachas de viento. Soplaba. Fue entonces cuando un estruendo rompió la noche y, de paso, destrozó seis viviendas y dos vehículos estacionados en la urbanización.
Una enorme grúa usada en la construcción amaneció desplomada sobre un dúplex, convertida en un amasijo de hierro retorcido por el impacto y rodeado de escombros. “Ha sido como una bomba”, explicaba uno de los vecinos afectados.




 El incidente de la grúa de Aguadulce motivó un largo proceso judicial en distintos frentes. Propietarios, empresas y compañías aseguradoras implicadas litigan por el coste de las reparaciones e indemnizaciones correspondientes. Algunas se pactaron y otras simplemente acabaron en los tribunales.





Trece años después, la Audiencia Provincial de Almería ha resuelto las indemnizaciones a los propietarios de los vehículos afectados por el desprendimiento. La sentencia, dictada por la Sección Tercera de la Audiencia, como la magistrada Társila Martínez como ponente, estima los recursos de apelación y corrige al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número Dos de Roquetas de Mar que había absuelto a Sea Construcciones S. L. y Axa Aurora Ibérica de Seguros.




Recurso




La Audiencia condena a ambos al pago de indemnizaciones a dos propietarios por  valor de 7.500 y 600 euros, respectivamente, según indica el letrado Juan Manuel Sánchez Fernández. El fallo tiene dos curiosidades además de los 13 años de proceso judicial; a saber, señala las cantidades en pesetas y costará más en intereses de demora que en las cuantías por indemnizaciones.





La sentencia no abunda en argumentos para sostener por qué el caso se resuelve 13 años después, pero sí recoge elemento para apoyar la condena a los demandados.





Asegura que “los demandantes han acreditado la realidad del daño cuya indemnización reclaman”. También “ha quedado acreditado y no ha sido discutido que tales daños han sido producidos por la caída de una grúa utilizada por la constructora en una obra que estaba realizando”.


Viento sí, viento no


En cambio, “esta demandada no ha logrado acreditar (...) que la referida caída se debió a una circunstancia fortuita o de fuerza mayor”. Esto es, no se presentaron informes periciales para demostrar la fuerza del temporal de viento que azotó la zona y que motivó la caída de la grúa, aunque las crónicas de la época recogían el episodio con gran lujo de detalles.



Entre los destrozos ocasionados en La Langosta se acreditaron los daños en las habitaciones de varios vecinos, cubiertos por los cascotes, más o menos numerosos, producidos por el impacto del brazo de la grúa sobre las viviendas de la urbanización de Aguadulce. El suceso se saldó sin víctimas personales y la reparación económica de los daños parece ahora completada por la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería.



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