Solo queda encomendarse a la Virgen del Mar y al Mediterráneo

De fracaso en fracaso y me llevo siete

Miguel del Pino
18:13 • 31 mar. 2014

No esta siendo nada fácil, sino todo lo contrario, para los seguidores del Almería experimentar decepción tras decepción cuando se trata de ver jugar a su equipo lejos de las templadas aguas del Mediterráneo. Porque el fútbol y el sentimiento que guía a las hinchadas es invencible, y sólo por eso, los aficionados rojiblancos siguen sentándose delante del televisor cuando su equipo juega fuera, con una leve esperanza de que suene la flauta. Pero en lineas generales esta esperanza se desvanece pronto y si alguno, por motivo del cambio de hora como ha ocurrido esta semana o por cualquier otra razón llega un poco tarde, se expone a incorporarse a la emisión televisiva cuando su equipo ya va por debajo en el marcador. El pasado domingo tocaba rendir visita al Valladolid, uno de los equipos más flojos de la Liga que, a pesar de su victoria, no demostró en ningún momento ser mejor que el Almería. El empate era bueno para los almerienses y malo para los locales. Se trataba de hacerse fuertes en defensa para forzar la ansiedad en el rival y con ella sus fallos. Por el contrario los locales, obligados a sumar tres puntos podían caer en el error de buscar con prisas la victoria y dejar huecos por los que los hábiles y rápidos atacante almerienses pudieran penetrar. Ni lo uno ni lo otro.
El Almería volvió a presentarse con un equipo plagado de hombres de ataque, en el que únicamente los cuatro defensas y Tébar eran especialistas en la recuperación y la presión buscando, según su entrenador, ir a por el partido, cuando el triunfo no era una extrema necesidad. Por contra JIM, técnico local, cambio su sistema habitual y se presentó frente al Almería con un 4-4-2 buscando tener superioridad en la media, estableciendo un modélico plan de ayudas y buscando romper el frágil sistema defensivo almeriense con la llegada masiva de jugadores de la segunda línea. Triunfo el sistema coherente de JIM ante el suicida de Francisco. El equipo, desde que hace justamente media vuelta ganara en Pamplona con una defensa de cinco, lo que no ha vuelto a repetirse, sólo ha sumado 3 puntos, de milagro, con el Betis. Fuera de casa el equipo va de fracaso en fracaso y acumula 7. Solo queda encomendarse a la Virgen del Mar y a la magia del Mediterráneo.







Temas relacionados

para ti

en destaque