Francisco llegaba sin voz a la sala de conferencias del Mediterráneo tras el partido frente al Espanyol y tengo la sensación de que no era por gritar desde el banquillo y tampoco por EL PREGÓN.
Uno tiene la sensación, solo sensación, de que su afonía le llegó tras la bronca en el vestuario por los dos puntos que volaron. Y no está mal que recuerde a gritos los errores a su equipo.
El vestuario es sagrado y allí queda todo pero conociendo a Francisco y después de toda una Liga en Primera uno sabe perfectamente que su garganta aguanta bien los partidos y siempre dio la talla en las Ruedas de Prensa.
Lo que dijo Francisco quedará para el secreto de sumario y si no dijo ni pío me echará la bronca por escribir sobre lo que no ocurrió. Está en su derecho.
Si se quedó mudo es porque sabe que se han vuelto a repetir errores del pasado que seguro trata de corregir. Si se quedó mudo fue por ver a su equipo lanzar un corner detrás de otro y no terminar en gol ninguno de ello.
Si se quedó mudo es por no machar a un rival herido al que perdonaron la vida hasta el final.
Y si se quedó mudo fue por la mala gestión realizada con un jugador más en la última jugada del partido.
Y ahora dirá Francisco que debería haberme quedado mudo yo antes de escribir todo esto.
No te enfades Paco ya sabes lo que dice el refrán: “Di verdades y crearás enemistades”. Más o menos.
¡¡¡PaEspaña!!!
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