Rescatan del olvido a 44 científicos almerienses represaliados tras la Guerra

La provincia se empobreció por la prisión, exilio y depuración de médicos, arquitectos, químicos o ingenieros

Varios científicos almerienses que sufrieron represalias
Varios científicos almerienses que sufrieron represalias
Manuel León
13:46 • 16 sept. 2014

Hubo un tiempo en que  representaron mucho en sus municipios: fueron alcaldes, presidentes de partidos políticos, cargos institucionales. Pero por encima de todo fueron científicos, profesionales de la medicina, de la ingeniería, la arquitectura, la topografía o la biología. Tuvieron la mala ventura de que se les cruzara una guerra por el camino que les destrozó la vida.
La hojarasca del tiempo ha ido silenciando sus biografías, barriendo sus acciones, trasformándolos en gente a quien a nadie les dice nada sus apellidos, excepto a sus descendientes. La Guerra Civil en Almería arrasó a personas de toda condición, destruyó vidas y familias de todo pelaje e ideología, de toda condición social, a pobres y a ricos.
Pero entre ellos, había gente brillante, de talento, de la que se tuvo que privar desde entonces esta tierra seca de tantas cosas.




Depuraciones
Muchos de estos peritos y científicos fueron condenados a la cárcel del Ingenio, otros fueron desterrados o se exiliaron para evitar la muerte segura, otros fueron represaliados con la prohibición de ejercer su oficio o, en el mejor de los casos, depurados como si tuviesen tiña.  Una generación de  lucidos almerienses se quedaron castrados casi de por vida, por razones ideológicas, por afición a la masonería, por participar en el Frente curando heridos. Y la provincia lo sintió por el talento que se perdió en ese ajuste de cuentas que fue la Postguerra.




Consejos de Guerra
Gente como Salvador Martínez Daroca, Gabriel Pradal, Eusebio Elorrieta o la matrona Carmen Navarro fueron perseguidos y procesados evacuándose su buen hacer en sus profesiones. Otros pasaron por campos de prisioneros como el roquetero Juan Martín o durmiendo en un camastro del Ingenio como Gozalo Ferry. El doctor macaelense Juan Rubio, a pesar de haber salvado vidas de uno y otro bando, fue también condenado a veinte años en un Consejo de Guerra.
La profesora de partos Isabel Hernández ‘Tomiza’, por ser esposa de un ‘destacado dirigente marxista’ peregrinó por las prisiones de Saturrarán, Málaga y Alicante.
A un químico de Lubrín, Juan Codina, se le aparta de su profesión y se le manda a prisión por su militancia en la CNT.
Con independencia de sus ideas políticas y de sus actuaciones más o menos reprochables, la evidencia de esta represión es que la provincia se empobreció no solo en renta sino también en ciencia y talento en el salto de los años 30 a los 40.
Con el fin de no olvidar a esta nómina de profesionales, de licenciados, catedráticos, de profesores, la Universidad de Granada y la Fundación Descubre han rescatado a más de un centenar de científicos andaluces represaliados.
Con la investigación y divulgación de sus vidas se pretender rescatar su memoria de estos hombres y mujeres de ciencia que padecieron las secuelas de la Guerra Civil y, en algunos casos, el exilio.




Almería, a la cabeza
Los profesionales censados pertenecen a todas las provincias de Andalucía y Almería con 44 es la que más aporta.
El proyecto ha arrancado con una investigación biográfica, liderada por un equipo de investigadores de la Universidad de Granada y ha continuado con la elaboración de materiales divulgativos, una web y una exposición virtual que han presentado hace unos días el rector de la Universidad de Granada.
El proyecto ‘Generaciones de Plata’ y su exposición virtual es un trabajo colectivo organizado por la Universidad de Granada y la Fundación Descubre y patrocinado por las consejerías de Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales (Dirección General de Memoria Histórica) y la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo (Secretaría General de Universidades, Investigación y Tecnología).








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