Empresarios a Rajoy: “El AVE de doble vía es irrenunciable”

Diego Martínez, José Cano y firmas como Cosentino y Vicasol exponen al presidente su preocupación por la vía única

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Manuel León
01:00 • 21 oct. 2014

Lo habían preparado con meticulosidad, desde que les confirmaron hace unas semanas, desde el PP local, que el presidente del Gobierno quería mantener un encuentro con los empresarios de la tierra. No todos los días se tiene la bambarria de poder arrinconar al que más manda y soltarle de sopetón todas las carencias de que sufre la provincia.
Pero no era cuestión, tampoco, de sacar la lista histórica de agravios, sino de “ir al grano”, como remacha José Cano, presidente de Asempal.
Antes del acto central del sábado en el auditorio del Palacio de Congresos de Aguadulce, en un día caluroso frente al mar latino, un grupo reducido de significados directivos se reunieron con Mariano Rajoy para hacerles llegar su preocupación por el tren de Alta Velocidad y por el murmullo de que pueda ser solo de vía única, no de doble vía, como en el resto de la península.
Allí estaba Diego Martínez Cano, presidente de la Cámara, José Cano, de Asempal, los vicepresidentes  Rafael Ubeda y José Manuel Fernández Archilla y empresarios y expresidentes como Francisco Martínez Cosentino, Juan Antonio González (Vicasol), Alvaro de la Haza, Andrés Montiel, José Antonio Picón, Ramón Gómez Vivancos y José María Rossell.
Rajoy, por su parte, estaba escoltado por Fátima Báñez, Carmen Crespo, Juan Manuel Moreno y Gabriel Amat. Durante los quince minutos que duró el envite, los empresarios locales le hicieron llegar al presidente del ejecutivo “la petición irrenunciable” de que el AVE Murcia-Almería sea de doble vía. Testigos presenciales aseguran que el gallego que veranea en La Toja, no pestañeó, que tomó nota.
Habló Martínez Cano: “señor presidente, no queremos que se hipoteque el futuro de nuestros hijos con un ferrocarril limitado”.
 Insistió José Cano: “señor Rajoy, Almería no merece quedarse anclada, condenada al ostracismo de una vía única”. Terció Cosentino: “con el debido respeto, presidente,  si Almería crece, que crecerá, no puede quedarse estancada, es lo más importante de todo lo que le podemos pedir aquí hoy”. El registrador compostelano, aseguran, se puso muy serio, muy en su papel de tomar en cuenta lo que esa mañana le estaban pidiendo unos almerienses, mirándole a sus ojos miopes, más serios aún que él, en la estrechez del despacho de dirección.
Cosentino también le habló de la importancia de la formación profesional entre los jóvenes y Juan Antonio González, de Vicasol, quiso contarle el daño del veto ruso para las hortalizas locales y de los productos de terceros países, pero no hubo tiempo para más: la agenda apretaba.
Rajoy estampó su firma redonda en el libro de honor  y después bajó al auditorio repleto, con su corbata de lunares, donde prometió sin concretar, como fiel gallego.











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