Un plan para el Ictus

En 2015, todos los pacientes con ictus deberán tener acceso a una atención específica en la fase aguda del ictus

Martín García
22:41 • 28 oct. 2014

Cada año 130.000 personas sufren un ictus en España, una enfermedad que provoca la muerte en el 30% de los casos y una discapacidad grave en el 40% de los casos, según datos facilitados por la Federación Española de Ictus. El miércoles 29 de octubre se ha designado como Día Mundial del Ictus y ello hace que miremos hacia esta enfermedad con la rigurosidad y seriedad que se merece porque no sólo se ha convertido en un problema de salud de primer orden sino que también requiere de importantes recursos económicos.


Por eso hoy se pone de manifiesto la necesidad de diseñar un Plan de Asistencia al Ictus para la zona de influencia en Andalucía Oriental que permita mejorar la atención sanitaria, disminuir la carga de mortalidad e invalidez y mejorar la equidad y eficiencia del sistema, coordinando todos los recursos sanitarios disponibles. 


Este Plan debe asumir los objetivos que para el año 2015 propone la Declaración Helsingborg (2006), una estrategia europea para el tratamiento del ictus realizada por la delegación europea de la Organización Mundial de Salud, apoyadas por diferentes organizaciones científicas, y recogidas en las diferentes guías clínicas. En 2015, todos los pacientes con ictus deberán tener acceso a una atención específica en la fase aguda del ictus en Unidades de Ictus, iniciando la rehabilitación apropiada y las medidas de prevención secundaria adecuadas.




Poner en marcha las propuestas de Helsingborg implica una concienciación y asumir que las intervenciones de las administraciones sanitarias en la promoción de estilos de vida saludable en la población así como en la educación en prevención y actuación ante el ictus son tan imprescindibles como su labor de coordinación de los recursos sanitarios para dar una cobertura global e integral frente al ictus. Asegurar la asignación de los recursos sanitarios necesarios y promover las sinergias de distintas actuaciones y actores que intervienen en el proceso ictus, es una labor de las autoridades sanitarias y administrativas. 


 




El tiempo es vida Está claro que para minimizar el daño que provoca el ictus, la atención y la administración de tratamiento han de ser inmediatas, en las primeras horas tras el inicio de los síntomas. La trombolisis intravenosa es efectiva en el infarto cerebral sólo al inicio, del mismo modo que en el infarto agudo de miocardio. Esto hace indispensable el difundir a la población el concepto de emergencia en este tipo de patología, y la necesidad de acudir de forma urgente a un hospital preparado para administrar fibrinólisis y el resto de cuidados que el paciente con ictus va a precisar. 


La Medicina Primaria es una pieza clave en la consecución de los objetivos de Helsingborg por su labor de educación a la población, su labor en la prevención primaria y secundaria, y por ser, en la mayoría de ocasiones, la puerta de entrada a la atención aguda sanitaria al ictus. Es necesario que los médicos de los centros de salud y del sistema extrahospitalario de emergencias tengan planes de actuación previamente definidos para la asistencia al ictus, considerándolo como una emergencia medica, con tratamiento potencialmente efectivo y tiempo dependiente, sabiendo identificar, estabilizar, notificar y trasladar al enfermo con sospecha de ictus en el menor tiempo posible para que reciba el tratamiento más adecuado en el centro hospitalario adecuado. 




 


Unidad de atención El lugar en el que se atienda al enfermo es determinante, el Plan de Asistencia al Ictus recomienda que debe ser prioritario que cualquier ciudadano esté donde esté pueda ser atendido en una unidad de ictus situada en un radio inferior a 150 kilómetros. Esta unidad de Ictus puede salvar la vida de muchas personas y en ella es imprescindible contar con un sistema de diagnóstico por imagen ya que una prueba de resonancia magnética es una de las herramientas de diagnóstico más eficaces que existen para dectectar un ictus y poder aplicar el tratamiento más adecuado.


El "ictus" es una urgencia grave que debe ser diagnosticada con celeridad y eficacia, porque en el caso de una accidente isquémico las células del sistema nervioso pueden resistir sin aporte de oxígeno de tres a cinco horas. Con una unidad de ictus preparada el paciente recibirá la atención que necesita en el menor tiempo posible. 


Hoy es un buen momento para reflexionar sobre todas estas necesidades y aunar esfuerzos para alcanzar los objetivos que propone Helsingborg que pasan por facilitar información y conocimiento a la sociedad, tener profesionales preparados y contar con los avances tecnológicos como el diagnóstico por imagen. El propósito no es otro que conseguir que estos objetivos en 2015 sean una realidad.



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