“¿Qué hacemos si los padres incitan a los hijos a pegar al profesor?”

El director del IES Cruz de Caravaca, Antonio Mañas, sufrió la agresión de un padre y ayer participó en una concentración contra la violencia en las aulas

Javier Pajarón
23:56 • 30 oct. 2014

Antonio Mañas, director del IES Cruz de Caravaca, hizo lectura de un manifiesto a favor de la convivencia pacífica y los valores ciudadanos a las puertas del centro educativo. A su lado se amontonaban los alumnos del instituto almeriense, los profesores, el personal administrativo y de servicios y los representantes de los sindicatos.





La voz unánime de la comunidad educativa rechaza la violencia en las aulas y reclama una mayor protección de los profesores y maestros, desde la reivindicación de su figura en los centros de enseñanza hasta el endurecimiento de las resoluciones en los tribunales de Justicia.





Mañas, víctima de la agresión de un padre, encabezó ayer la concentración a la entrada del IES Cruz de Caravaca. Según su versión, ratificada por los testigos, José M. M. llegó al centro a petición de la tutora de su hijo mayor, de 14 años de edad, uno de los tres inscritos en este instituto. “La tutora citó al padre para informarle del mal comportamiento que estaba teniendo su hijo”, asegura.





Sin embargo, apenas hubo margen de diálogo. “Entró violento en el centro y dijo que le molestábamos con tonterías, empezó a insultar al profesorado y al personal que se encontraba”, continúa el director. “Me dirigí a él para que pasara a mi despacho y se negó, así que le invité a marcharse del centro y entonces se produjo la agresión”, añade.





La Policía Local tuvo que intervenir para evitar males mayores, aunque el profesor recibió un golpe en el hombre (acreditado en un parte de lesiones emitido por la Clínica Mediterráneo) y una puerta quedó destrozada por los impactos.




Justicia




Antonio Mañas aseguró que es un episodio puntual e infrecuente en el IES Cruz de Caravaca, aunque lamentó el incidente. “¿Qué puedo hacer si los padres incitan a los hijos a pegar al profesor?”, se pregunta en referencia a la agresión del pasado martes. “Me siento mal de estar tratando todos los días de inculcar valores cívicos y ahora encontrarme con esto (...) Muchas veces, si los alumnos son así es porque son un fiel reflejo de la familia, un problema que abarca situaciones familiares estructurales más amplias”.





El asunto ha pasado al Decanato de Jueces para su reparto, tras los informes emitidos por la Policía Nacional, que cuenta con las versiones de los dos implicados. De momento, todo apunta a que el caso podría tratarse como una falta de lesiones, debido a la levedad de las lesiones, y quedaría limitado a una multa económica y a la posible sanción por los desperfectos ocasionados. Los sindicatos reclaman de forma sistemática y desde hace años que estos incidentes sean considerados por el juez como delitos.


El padre también denuncia


José M. M., presunto agresor  y padre de tres alumnos del IES Cruz de Caravaca, presentó una denuncia en la Policía Nacional de Almería incluso antes de la personación del director del centro, Antonio Mañas. El padre compareció la tarde del pasado martes con lesiones en una mano y ofreció una versión completa sobre las supuestas provocaciones del personal docente y las lesiones producidas durante el desencuentro con el director del instituto.



La denuncia llegó horas antes que la presentada por Antonio Mañas (ya bien entrada la noche del martes al miércoles) y estaba apoyada por una parte de lesiones emitido por un centro de salud de la capital. Los daños consistirían fundamentalmente, según fuentes cercanas consultadas por LA VOZ DE ALMERÍA, en herida inciso-contusa en una mano. El hombre compareció en el Instituto de Medicina Legal el miércoles para una exploración de las lesiones.



El presunto agresor acusa al director del IES Cruz de Caravaca y al personal de servicios que salió al paso en el incidente de causar estas heridas. Sin embargo, testigos directos aseguran que las lesiones que pudiera presentar corresponden a los golpes que dio José M. M. contra la puerta y el mobiliario a su alcance. Las fotografías difundidas por el instituto evidencian agujeros compatibles con los puñetazos.



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