Juan del Águila recibe la Medalla de la provincia

El presidente de Honor de Cajamar, Juan del Águila, recibió ayer de manos del presidente de la Diputación de Almería, Gabriel Amat, la Medalla de Oro de la Provincia que no pudo recoger en el acto institucional que tuvo lugar el pasado sábado en el municipio de Huércal Overa. Tras firmar en el Libro de Honor de la Institución provincial, donde escribió “dos manos amistad, cuatro manos cooperación y todas las manos impulso creador de nuestra provincia”, Juan del Águila compareció ante los medios de comunicación junto a Amat para mostrar “su agradecimiento más sincero a la Institución”. Emocionado, también dijo que “en la provincia hay maestros de escuela, médicos rurales, gente que trabaja en los invernaderos o criando naranjos que merecen tanto la medalla como yo, me ha tocado a mí por viejo y piensan que me moriré pronto y habrán pensado que había que darme la medalla... gente con mucha vista, porque de joven no me hacían tanto caso”.

Financiar al campo
Juan del Águila explicó que la Caja Rural nació “porque hubo que inventarse un sistema financiero ya que la banca siempre ha sido muy tacaña con el campo, aunque comprendo que la banca fuera así”. Posteriormente, alabó la figura del cooperativista como  “persona inquieta y rebelde, pero a la vez solidaria” y recordó que venía gente de otros lugares de la provincia e incluso de fuera de ella “con los famosos ‘teveré’, cuando los comerciantes se intercambiaban productos y terminaban con esa famosa frase ‘te veré’ para quedar en cómo efectuar los pagos”.

El presidente de honor de Cajamar recordó que “el motor económico de nuestra provincia es el agua” y habló de los competidores de la provincia “como estos días hemos visto en LA VOZ DE ALMERÍA cuando comparaban a Turquía con nuestra provincia. Eso ya lo dije hace años yo, que los turcos eran un competidor muy grande”.

Ejemplo para Amat
Por su parte, Gabriel Amat señaló que “el papel de Juan del Águila y de la Cooperativa de Crédito que creó en los años 60 ha sido fundamental para el desarrollo de la provincia” y puso como ejemplo la puesta en marcha de la finca de Las Palmerillas “donde todos los que construíamos invernaderos aprendimos a hacerlo, porque no teníamos ni idea de cómo se hacían”.