En la rueda de prensa de JIM. En su misma puesta de largo el presidente del Almería dejaba claro que no llamó a Francisco para comunicarle el cese y que “para eso hay gente en el club”. Nada que ver con la salida de Juan Carlos Cintas que pasó del banquillo a desempeñar otra labor en la entidad.
Francisco siempre ha sido considerado en el Almería como un hombre de club, ¿ya no lo es?, se preguntarán ustedes y me lo pregunto yo. Igual se ha roto el idilio técnico entre Alfonso y Francisco para siempre.
Algún cable ha pisado el entrenador, perdón ex-entrenador del Almería, para que no haya habido ni una sola llamada. Es más decía el presidente que “me ha llamado Francisco para tomarnos un café y hablar”, otro mensaje para analizar.
Estén tranquilos que a Francisco no le faltará trabajo con el grupo Doyen pero ha perdido una plaza genial. La mejor y la que más quería y en los banquillos no suele haber camino de vuelta.
El fútbol que los unió los ha separado y no sabemos si para siempre ya que esto de los banquillos es flor de un día. No basta con ser de la tierra y querido por la grada. Aquí todos dependen de los resultados y Francisco no los estaba consiguiendo.
Yo esperaba que Francisco hubiese salido como un REY del Almería tras lograr la permanencia e iniciar una aventura nueva con su nuevo grupo de representación. Seguir era un riesgo que había que correr y apostó Francisco por repetir siendo víctima de las leyes del fútbol.
Alfonso y Francisco se deben tomar un café y hablar, pero no busquen al mister en la lista de hombres de club porque si lo fuera se hubiese integrado en staff técnico, y punto.
Como esta Almería es tan cercana y aquí nos conocemos todos pronto nos enteraremos de lo que ha pasado. Si me entero no lo duden: se lo contaré.
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