Marca el ritmo, toca todos los palos

Charlamos con Bjorn Driessen, director de Tabo Export Almería

El gerente de Tabo Export, Bjorn Driessen, en su estudio de grabación.
El gerente de Tabo Export, Bjorn Driessen, en su estudio de grabación.
Javier Romero
12:51 • 28 feb. 2015

Aparece relajado y sonriente, con los ojos muy abiertos, sin querer perderse nada de lo que ocurre a su alrededor. Nos sentamos y sin mediar preguntas comienza a hablar.  “Comencé en un restaurante en Bélgica, al tiempo(con 25 años) decidí tomarme un año sabático que luego duró sólo seis meses...”. Detengo un poco la conversación. 




El aullido de este empresario es poderoso. Bjorn recaló en Almería con un socio y amigo para montar un restaurante en Aguadulce, La Cabaña, luego se traspasó. En ese tiempo se dio cuenta que los países europeos se interesaban por los productos hortícolas de la provincia de Almería.  La poética almeriense le apodó “El belga del campo”.  Con sus cinco sentidos al ciento por ciento, al igual que al intuición, llevó el tomate de Almería a toda Europa. El liderazgo se tiene o no se tiene, él no lo impone. Es así de sencillo.




Sobre liderazgos, habla del modelo agrícola de la provincia. “O el campo almeriense se moderniza, se organiza y la comercialización está más cerca del productor o el modelo Almería muere”, advierte. No se esconde. “Hay que aprender del modelo holandés”. 




Domina cinco idiomas, matemáticas y latín y tiene un oficio  considerado de élite. Recalca que “no nos debe molestar enseñar la factura que hay del campo a la mesa.” Con estas premisas nace en 2005, Tabo Export. Especializada en la distribución al por mayor de frutas, verduras y hortalizas. La empresa se encuentra en el  polígono industrial de La Celulosa (en la capital). 




Esta oficina acoge en su interior, a doce trabajadores, que cuentan con  todos las herramientas tecnológicas, con una sala de spinning,  con quince kilos de fruta semanales para los empleados y una réplica de una de las salas de la Alhambra.¡Cágate lorito!. Como gerente asegura que sigue “el modelo americano”. “Me gusta aprender de la gente y que mi gente trabaje en libertad”. 




Me apunto algunos detalles de este tipo sin corbata que cree que un traje no debe ser sólo el símbolo de elegancia y de saber estar. “Me gusta el carácter humano de los negocios, sentarme con el cliente, creo que todos los días se equivoca uno y se aprende algo, en el trabajo el cielo es el límite”.




La empresa tiene varias alas de negocio basada en el  I+D+i. Tanta investigación, innovación y desarrollo  lo llevan a estar un día en Las Vegas, en Silicon Valley o en Qatar. En este apartado la gran joya de la corona es un guante. Querido público, les presento a Gloveone.  El guante que permite tocar y sentir en la realidad virtual. “No va a permitir sentir el fuego, las texturas y notar el peso de los objetos”. También tiene aplicación en los campos de biomedicina y rehabilitación. Y sí, el guante se puede combinar con unas gafas de realidad virtual.  Para los interesados este guante de realidad virtual tiene previsto salir en preventa en los próximos meses. 




Bjorn parece un ingeniero. No hay nada más grande para ellos que enviar algo al espacio. Lleva en su mente una Marabunta de proyectos. Nos detalla uno más, Expo-Línea (imagínense aquí un redoble). “Esta empresa pinta las líneas blancas de los campos de fútbol y además estamos a punto de cerrar con la Federación de Fútbol que el spray de los árbitros sea distribuido por nosotros”. 


Con este panorama le queda muy poco tiempo  y a mí líneas.  Encontró en la música su particular túnel de huida. “La batería es mi escapada.” Es propietario del estudio de grabación Villalobos. “Tiene siete kilómetros de cable”. Acostumbrado a llevar el ritmo en los negocios en la música no iba a ser menos. Forma parte del equipo de Carlene Graham ( en su móvil suena AC/DC, por cierto sólo dos veces en la entrevista). ¿Y de cine? “Tenía una grieta en mi casa y monté una sala con 11 butacas”. No me diga que también pinta...”Tengo la colección completa de Waldi Wroebel, 36 obras”.


 Queda aún conversación pendiente con este tipazo que si fuera ciego se enrolaría  en la Marina para ver mundo, capaz de asistir al Festival de  Cultura Maya y de la partida de Elvis, dispuesto a revolucionarlo todo.



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