Torres Jerez lo dijo todo toreando

Torres Jerez tenía que decirlo claro y alto. Tenía que ser convincente hablando como lo hacen los toreros, ante un público que respondió de manera notable y que estuvo con él en todo momento. Un excelente encierro, con un toro excepcional, el de Adolfo Martín,  justificó también esta tarde que ha abierto temporada y que debe servirle al torero para llegar a donde su suerte y su torería quieran acompañarle.

Torrealta

Saludó de larga cambiada como aperitivo y luego galleó con arte.  Marcando.  El toro, mermado de fuerza, se le quedo pequeño al almeriense que tuvo que guardarse algunas cosas  para después.  Derechazos sueltos y poco más dio de si este ejemplar de Torrealta.

La Quinta

El Santa Coloma salió pidiendo el carné y campando por sus respetos. Eligiendo al piquero que hacía puerta para resolver una irregular suerte de varas. 

 Le costaba a Torres Jerez sacarle muletazos limpios a este ejemplar que vendía cara la embestida, exigiendo siempre decisión y temple en cualquier gesto del torero. Pero Francisco se centró con él y encauzó una faena de oficio y  corazón a partes iguales. Emotiva por  por el toro que tenía delante y limitada precisamente por lo mismo.

Julio de la Puerta

El sustituto del ejemplar de Lagunajanda salió con raza, derribando al caballo y dándole a Torres Jerez la posibilidad de lucir capote. Pero la mala suerte quiso que fuese casi imposible levantar a ,a cabalgadura, prolongando una situación poco deseable, Ni quitando el peto podía incorporarse el animal, mientras la cuadrilla se afanaba en sujetar a toro. No hay corrida sin anécdota y esta se recordará  a buen seguro.No les sentó bien el parón ni al toro ni al torero y la faena sorteó derechazos de buena traza con series inacabadas, quizás por no darle a su enemigo la distancia que pedía. Quiso lucirse con la izquierda y dejó gotas de torería en los adornos. 

Adolfo Martín

El toro serio y encastado de Adolfo Martín fue el mejor de una tarde de buenos toros. Pero esté destaco en una rara mezcla de nobleza, raza y autoridad  que desencadenó la inspiración del torero . 

Torres Jerez supo estar a la altura del excelente toro que tenía delante, lo que n es fácil.  La clase del animal, encontró igual virtud en el torero, cuya inspirada muñeca se deshizo en temple y en precisión, evitando así que se le quedara en el tintero cuanto quería decir en el ruedo.  Francisco estiró el brazo sintiéndose torero y supieron a gloria algunos naturales con el toro entregado desde el hocico hasta la penca. Se desmonteraron en banderillas Antonio Olivencia y El Ruso.

Algarra

Con el de Algarra Torres Jerez lució capote en los de recibo  y en un quite por cordobinas. Mejor acoplado con este toro que con los tres primeros, mantuvo un tono muy alto, conduciendo el trasteo con acierto desde los ayudados por alto hasta los naturales, volvinedo a evidenciar las dotes de su mano izquierda. El toro, noble y con clase, le miraba a veces la taleguilla dando emoción al toreo creciente del almeriense.

Julio de la Puerta

Cerró plaza el ejemplar titular de Julio de la Puerta con el que Torres Jerez redondeó su discurso de toreo de corazón,  Tras cederle un quite al sobresaliente Jesús Almería, se desmonteraron en banderillas Antonio Márquez y Niño de Osuna. 

Torres Jerez encaro este último capítulo de su alegato torero convencido y convincente, tras brindar la muerte del toro a su afición más cercana. Pletórico, por todo lo que ya había toreado aprovechó las virtudes del animal mientras duró su entrega. Todo estaba ya hecho, pero quedaba una estocada más en una tarde en la que predominaron los aciertos con el acero.