Un lugar bajo el sol. Irene Garcés rueda en Almería su nuevo corto

Existe un lugar donde habitan los recuerdos. Allí conviven el amor y el odio, la familia y el adiós, la felicidad y el olvido. Y cuanto más queremos alejarnos de ese rincón, anclado en alguna esquina de nuestra mente, más nos sumergimos en él. Esa es la tesis con la que Irene Garcés (Almería, 1988) construye la historia de ‘Hubo un lugar’, corto que comienza a rodar mañana en la provincia. 

Rosario Pardo, Samuel Galiardo y Paz García integran el reparto de una producción en la que trabajará hasta el miércoles un equipo de treinta personas, muchos procedentes de la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña (ESCAC), donde Garcés está ultimando el máster en dirección cinematográfica. 

“El principal activo que se aporta al corto a través de ESCAC es el equipo técnico. Los principales jefes de equipo proceden de allí y creo que es el mayor valor que se adquiere en ella, una red de contactos y amistades entre gente que se ha formado con los mejores”, apunta la cineasta a LA VOZ.

‘Hubo un lugar’ es uno de los dos trabajos que la escuela catalana (de la que han salido nombres como los de Kike Maíllo, Mar Coll o J. A. Bayona) ha seleccionado esta promoción, entre una veintena de proyectos, para producir a través de su sello ESCAC Films. “Nos llena de un orgullo inmenso. Y digo nos llena porque es un trabajo que comenzamos un buen puñado de personas hace ya siete meses”. 

Garcés sabe que afronta una “responsabilidad grande” ya que las producciones de ESCAC son reconocidas a nivel internacional en los mejores festivales del mundo. “Y nosotros vamos a trabajar por conseguir lo mismo”, asegura.

Volver a casa
Irene Garcés lleva cerca de seis años sin rodar en Almería por lo que regresar con ‘Hubo un lugar’ está lleno de connotaciones. “Desde hace un año, por cuestiones personales, mi nostalgia por Almería no ha hecho más que acrecentarse”, confiesa.

La historia de un joven que regresa a su pueblo natal tras la muerte del padre, de quien llevaba años distanciado, para reencontrarse con su madre y hermanas no es “real” ni inspirada “en nadie” pero sí está ligada a la experiencia vital de su directora y guionista. “Recoge mucho de mí y cómo ha cambiado mi forma de ver la vida. Por supuesto sólo podía contar eso en un lugar que remite inevitablemente a mí”, dice.

Ese lugar, que volverá a mostrar en pantalla el paisaje de Almería -“lo suficientemente inspirador como para convertirse en referente en sí mismo”-, tendrá la fisionomía del Cabo de Gata y de Fernán Pérez. “Parte de mi familia procede de la zona nijareña y la de Pepe de la Rosa, director de fotografía, del propio Cabo”, detalla Garcés. Planteando la fotografía como un “elemento narrativo más”, ambos trabajaron en la idea del “efecto estimulador de recuerdos” de esta zona, “que en su mayoría sigue manteniendo la esencia de hace cincuenta años”.

Así, el corto mostrará “la Almería de nuestras abuelas, donde las cosas son mucho más sencillas que en el mundo que vivimos y parece que el tiempo se detiene”, dice. Ese lugar bajo el sol donde habitan los recuerdos.