En Almería se cumple el ciclo

En los últimos días de mercado solo se me ocurre tener cabeza para no perder las opciones de permanecer en Primera. Es verdad que estamos en terreno milagroso pero hay que poner algo desde el club y nada mejor que buscar estabilidad. Tranquilidad.

Está reciente en la memoria el último descenso a Segunda. Me acuerdo de los Lillo, Oltra y Olabe. Me acuerdo de aquella plantilla (la más cara) y de los días de mercado invernal cuando el equipo seguía hablando de la próxima jornada para ganar.

Alfonso seguro que ya lo tiene todo hablado pero, si JIM está preparado para pelear hasta el último aliento, eso, a exigirle el máximo a todos y a intentarlo. Que nadie baje los brazos ni en la dirección ni en el campo. Hay que mantenerse vivos.

Mirar la cuarta plaza por la cola. Hacer más cuentas que un matemático. Rezar todo lo que puedan cada día de partido. Y que no llegue la descomposición al vestuario.

Pedir cabeza a un equipo que no gana es complicado. Pedir calma a un entrenador que tanto se juega es mucho. Y evitar que los futbolistas vayan buscando acomodo en otros clubes: misión imposible.

JIM y Alfonso tienen que hacer un Master en gestión. Deben levantar a la plantilla y lanzar mensajes a la afición para que vuelva a creer en el Milagro.

Pero no seamos tontos, señores, el Almería de la pasada Liga tenía un toque de locura que no aparece en el actual. Logró conectar con la grada mientras este está desenchufado.

Con Francisco la Segunda era una constante desde la primera jornada y con JIM se empieza a hablar de ella en la segunda vuelta.

Y esta si que es buena señores. Cada vez que en Almería se habla de tener mejor equipo que la pasada temporada: al hoyo.

En los ochenta hablamos de la UEFA con Arsenio Iglesias y haciendo el mejor fútbol: a Segunda.
Con Lillo jugaban con 3 defensas y un fútbol de otro planeta. Vino Oltra y lo bordaron, luego Olabe y: a Segunda.
Este año todos hablando de tener mejor plantilla. Mejores jugadores. Francisco, JIM, ¿otro?, y: