¡Qué vergüenza, estos políticos se llevan hasta los móviles!

Juan Torrijos
23:49 • 12 feb. 2016

E s increíble que tengamos que volver a escribir sobre los móviles y las tabletas que no devuelven los señores políticos (en este caso del ayuntamiento de Níjar), o que no se sabe para qué o quién las compró el señor alcalde. Estoy cansado de que los principales responsables echen el culo (con perdón) fuera y pongan las responsabilidad en el edil de turno. Quien manda en un ayuntamiento es su alcalde y por lo tanto es el responsable máximo de todo lo que ocurre y debe ser su cabeza la que pague los desaguisados cometidos. Dicen que son diecinueve mil euros en móviles los que han desaparecido, pues que los pague don Antonio Jesús Rodríguez, culpable por activa o por pasiva de la compra y desaparición de los casi cien móviles de alta gama. ¡Siempre de alta gama! Si por robar cien euros en la catedral te condena la justicia a la pena de cárcel, no sé por qué no se hace lo mismo cuando se trata de robo a los ciudadanos de móviles y tabletas por un valor de casi veinte mil euros. Ya está bien de tonterías, coño. Y encima va el presidente del Pp, Gabriel Amat, y lo premia con el área de cultura en diputación. ¡Dios los cría y ellos se protegen! Luego no quieren que estemos hasta las narices de ellos y de sus familias políticas.
Si por los móviles “matan”, “roban” y esconden políticamente lo que haga falta, ¿qué no estarán haciendo estos políticos nuestros por las comisiones del tres, el cinco o el diez por ciento de obras, contrataciones y otras adjudicaciones? ¡Billetitos, billetitos! ¡Calentitos, calentitos! ¡Menudas jubilaciones se están preparando estos “elementos”! Perdón por lo de “elementos”, estos señores políticos que juran y perjuran que trabajan por el bien de todos nosotros. Sí, que no se lo quiere creer: Por el bien de todos nosotros, nunca por el de sus familias y sus compañeros de partido. Los ciudadanos somos unos desagradecidos con el esfuerzo que hacen todos y cada uno de los días (que quitándoselos a sus pobres y desfavorecidas familias) dedica a nuestras causas y necesidades. Y no se lo agradecemos.
No sé por ustedes, pero por mí que se vayan a cuidar a sus niños, mujeres y nietos. Que nos dejen en paz, que vengan algunos (si es que los hay que no los encuentro) que de verdad pongan sus particulares intereses por debajo de los generales de los ciudadanos. Y no dimite nadie.







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