El Malefakis

Para mi generación estudiantil, entre los años setenta y ochenta del pasado siglo, el Malefakis era más bien la expresión familiar y cariñosa de un libro , no de una persona. La persona se llamó Edwuard Malefakis, hispanista estadounidense de origen griego , muertos ayer en Corfú  a los ochenta y cuatro años. La más importante obra de Malefakis se titula “ La reforma agraria y la revolución campesina en España”. Una beca Fulbright le trajo a España. Al acabar la carrera fijó su investigación  en nuestro país. Se doctora en la universidad neoyorquina de Columbia si bien poco más tarde  pondría el foco de su interés académico por la II República Española  especialmente por los factores económicos que condujeron a nuestra Guerra Civil. Dice el profesor José Álvarez Junco que la obra de Malefakis sirvió para sacar los estudios de Historia de España del típico hispanismo romántico de los viajeros y escritores del XIX. Malefakis piensa que España es un país como los demás que debe ser estudiado con los mismos métodos y herramientas conceptuales , tal como lo hicieron luego Raymond Car, Gabriel JacKson. Stanley Paine o Richard Herr. Aquí está la novedad, a mi modo de ver. Malefakis se distanciaba de muchos  estudioso fuertemente ideologizado que llegaron a decir que nuestro país era irreconocible. No estábamos acostumbrados , claro, a oir hablar de peonadas, jornales, revueltas campesinas, huelgas y conflictos para explicar el malestar del pueblo que dio origen al enfrentamiento civil. Sin embargo con qué profusión  retoricista nos llenaron el alma de miedos de salvación y de castigos de ultratumba. Izquierda y derecha, reforma agraria nunca llega. La derecha se va haciendo más fuerte cada día y prepara para el golpe de Estado. Según algunos analistas, la República se habría basado en una alianza entre clases ilustradas , ricas y poderosas. más “ una izquierda obrerista radicalizada”. Malefakis saludó con alegría el triunfo de la revolución portuguesa como un anuncio de la caída del franquismos. No juzgó con igual entusiasmo la ausencia de los poderes eclesiales , el silencio de algunos militares junto a la no representatividad de los obreros del campo y la huída de las mujeres. En cualquier caso la obra del Malefakis tiene fama en muchos centros universitarios de ser sabia y ecuánime.