Pobreza creciente

Dicen los expertos en Economía, los encuestadores de opinión, en definitiva, los estadísticos de toda cuestión, que lo importante, a la hora de analizar cualquier tipo de cifras, no son los números en un momento determinado, sino las tendencias. De ser cierto este axioma, en el tema de la pobreza en Andalucía, la cuestión se hace especialmente preocupante, considerando que los datos publicados sean correctos.
La Encuesta de Condiciones de Vida que realiza el Instituto Nacional de Estadística destaca que según estudios realizados en 2016, Andalucía es la comunidad que tiene mayor riesgo de pobreza de España, seguida muy de cerca por Canarias y Castilla La Mancha. En términos de porcentajes, ese indice de pobreza se evalua en el 35,4% muy lejos de comunidades más ricas como País Vasco o Navarra donde solo el 9% de los que allí viven pueden considerare en ese riesgo.
 En este sentido, el Defensor del Pueblo Andaluz ha advertido en el Parlamento de la creciente mayor desigualdad en  nuestra tierra, lo que viene a corroborar el análisis estadístico. Si a ello unimos que, en la reciente publicada Encuesta de Población Activa (EPA) para Andalucía, da cifras de más de un millón de desempleados (pese al compromiso asumido por la presidenta de la Junta en su investidura de rebajar esa cifra por debajo del millón en esta legislatura), el panorama no parece fácilmente despejable.
Si realmente lo importante es la tendencia, la situación no puede ser más pesimista. En efecto, el registro va a peor, puesto que en 2012 Andalucía ocupaba el 4º lugar por la cola y en tan solo cuatro años hemos pasado al último lugar, lo que quiere decir, que en estos momentos, Andalucía es la comunidad con mayor riesgo de pobreza de España.
Algo parecido ocurre con los datos de renta anual media por familia, en donde seguimos ocupando lugares de la cola. La renta per capita andaluza se sitúa en los 8.400 euros, lo que nos “distingue” por ser la segunda más baja de España, sólo seguida negativamente por Murcia con 8.200 y cada vez más alejada de la media nacional, cifrada en 10.700, siendo la más alta la del País Vasco con más de 14.300.
En esta dirección apuntan los informes de Cáritas o de Cruz Roja, con una atención creciente  a personas necesitadas o en el umbral de la pobreza.
Sin lugar a dudas, esta debiera ser la principal preocupación, en estos momentos, de nuestros políticos de la Junta, de todos, no solamente de los que ostentan responsabilidad de gobierno, aunque a estos de un modo especial, teniendo en cuenta que el partido que los sustenta, el PSOE, viene gobernando ininterrumpidamente la comunidad desde hace 40 años, sin que estas situaciones lleguen a resolverse. Peor aún, se perpetúan en el tiempo, lo que lleva a la desesperación a muchas familias. Lo  más grave es que el portavoz del gobierno de la Junta, al ser preguntado por este estudio,  ha reconocido no tener conocimiento del mismo. Seguramente tampoco debe patear mucho las calles.