Un paseo fotográfico

Febrero es un mes fantástico en Almería para transitar por sus calles, quizá por la acera confortable del sol, y buscar alguno de sus museos. Paseemos hoy entre evoc

Castillo de San Telmo, desde el Guadalquivir, en Sevilla, por Luis Masson.
Castillo de San Telmo, desde el Guadalquivir, en Sevilla, por Luis Masson.
Mar de los Ríos
21:03 • 16 feb. 2018

EL CAF
Cruzar la barrera que supone para algunos almerienses perderse más allá de la calle Real en busca de tesoros, es un ejercicio muy recomendable. La Almería del casco histórico tiene muchas cosas que contarnos. Y una de esas visitas reconfortantes es al Centro Andaluz de Fotografía, sito al volver la Plaza de Manuel Falces, nuestro recordado fotógrafo y primer director de la institución, en la actualidad dirigida por el historiador de arte y gestor cultural, Rafael Doctor (Ciudad Real, 1966). El edificio que alberga el CAF, quien ha cumplido recientemente sus 25 años como tal, es en sí mismo agradable. Sus arquerías de piedra vista recogen con elegancia las ideas que allí se dan cita, a través de las lentes de todos los tiempos.




En la actualidad hay dos exposiciones complementarias dignas de mención, que estarán expuestas hasta el filo de la primavera. Apúntenselas en la agenda.




VIAJE A PERSIA
En la planta baja del centro nos recibe esta original exposición, Viaje a Persia de Manolo Espaliú (Sevilla, 1970). Un proyecto fotográfico inédito que recoge el itinerario seguido por este autor contemporáneo durante los tres últimos años por el actual Irán. Con él ha recorrido más de 2.000 kilómetros siguiendo la estela de García de Silva y Figueroa, un embajador de Felipe III. Este diplomático del Imperio Español vivió a caballo entre el siglo XVI y XVII. Después de servir en los tercios de Flandes como capitán y ostentar varios cargos de renombre en la península, rea­liza este periplo hasta la antigua Persia, en el afán estabilizador de la época de frenar a los otomanos en el Mediterráneo. De aquella aventura escribe un libro que ha resultado ser el mejor y más detallado retrato del territorio y su cultura en los albores de la Edad Moderna, donde se identifican las ruinas de Persépolis o donde se descubren por primera vez los signos de escritura cuneiforme.




SENSACIONES
Al pasear entre fotos en color del Irán actual, una tiene sensaciones encontradas. Se es capaz de captar la belleza casi extraterrestre de  las montañas de sal de la Isla de Ormuz o la variedad arquitectónica de las cúpulas de las cisternas, donde se almacena uno de los mayores tesoros de la vida: el agua. Pero en las más urbanitas se encoge el corazón cuando se contempla a las mujeres cubiertas de negro de pies a  cabeza,  separadas de los hombres hasta para descansar frente a un río, o los vestigios de antiguas joyas arquitectónicas a punto de caer sobre un aparcamiento cuajado de motos que asemejan un enjambre durmiente.




LUIS MASSON, ESPAÑA S. XIX
Descubriendo a Luis Masson, fotografía del siglo XIX en España nos ofrece un viaje monumental a nuestras joyas arquitectónicas en la primera mitad del siglo XIX. Es la época en la que nace la fotografía, y este artista afincado en España, Luis Masson (Francia, 1825-1881), nos regaló una serie de panorámicas de nuestras ciudades, con sus respectivos detalles de los monumentos más importantes, de una calidad impresionante. Por él somos capaces de aspirar los aromas florales, de escuchar los pájaros o sentir el rasgueo de una guitarra flamenca, cuando transitamos entre, la Alhambra de Granada, el Puente Romano de Córdoba o nos asomamos a las diferentes fachadas de la Catedral de Burgos. Los retratos de los diversos monumentos ensalzan el tronío, todavía ejerciente, de estos edificios creados para adorar y ser adorados. Aún eran los reyes de sus respectivas urbes,  faros hermosos que dominaban el paisaje. Aparece con especial énfasis Sevilla, donde Luis Masson vivió varios años. Retratos de los cuadros de Murillo y alguno curioso, como el de: Mujer con guitarra, nos ofrece una idea de la calidad de este autor, perdido injustamente entre las páginas sepia de nuestra historia fotográfica. Sin embargo, fuera de nuestras fronteras fue muy aplaudido en 1862 en la Exposición Universal de Londres y en 1863 en la de París, obteniendo diversos galardones. Completan la exposición una muestra de estetoscopios,  el invento de Charles Wheatstone de 1938, por el cual, con un ingenioso sistema de espejos, se daba profundidad a las imágenes, constituyendo las  primeras 3D de la Historia.




SENSACIONES
Al pasear por esta exposición que retrata las ciudades y monumentos de las España de siglo XIX, la sensación es justo la contraria que llega con la Persia. Por eso son complementarias. Se palpa la nostalgia, el romanticismo de la pérdida de aquellas panorámicas de ciudades limpias de humos y pantallas de hormigón, que nunca volverán, sin duda en pos de un progreso social, del nacimiento de la clase media y sus edificios de viviendas, pero que podría haber sido más cariñoso, si la premura por abandonar la realidad de los barrios humildes a los pies de lo regio, no fuese la misma que la de hacerse ricos unos cuantos a cualquier precio urbanístico.




Acaricio con la mirada los arcos de piedra antes de abandonar el edificio, capto el silencio que viste sus salas. Espero y deseo que el CAF se acerque más a los almerienses y ellos a su vez, como propietarios de su patrimonio, visiten este espacio digno de enriquecer, por ejemplo, una tarde de invierno.




CAF, calle Pintor Díaz Molina, 9. Hasta el 18 de marzo. Horario de 11 a 14 horas y 17.30 a 21.30 horas de lunes a domingo. Entrada libre.



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