8M: Hacia la huelga feminista I

Mar Verdejo
01:00 • 24 feb. 2018

El movimiento feminista ha convocado paro en 177 países. Una huelga estudiantil, laboral, de cuidados, asociativo y de consumo. No va a ser una típica huelga laboral porque se amplía a los conceptos productivo, reproductivo, al consumo y a los trabajos de cuidado.
Este 8 de Marzo el mundo se cuestionará a sí mismo porque millones de mujeres generarán un vacío. Un vacío que llenamos con nuestro trabajo, remunerado o no, replanteándonos este sistema caduco: ¿por qué no se considera trabajo a todo lo que hacen las mujeres para sostener la vida? 
Hay que redefinir los conceptos de economía, política y sociedad. La brecha salarial, las agresiones y asesinatos de mujeres, los vientres de alquiler, la prostitución, la desigualdad de oportunidades, etc. y al grito de: ¡Ni una menos, vivas nos queremos!, que lanzaron las mujeres argentinas, millones de mujeres en un gran movimiento intergeneracional, transfronterizo y transcultural, en el que estamos dispuestas a que la igualdad en este mundo sea un hecho, y se harán propuestas para este gran cambio: hay que transformar la patria en matria porque no podemos olvidar que somos ecodependientes, dependemos de la Naturaleza y sus recursos son finitos, somos interdependientes, en algún momento de nuestra vida necesitamos que nuestros cuerpos sean cuidados, y este trabajo cae mayoritariamente sobre las mujeres y tiene que ser compartido. 
Hay que empezar a entender la vida y a organizarla, “hay que formar parte de la lucha contra las violencias machistas, por el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra vida, por la justicia social, la vivienda, la salud, la educación, la soberanía alimentaria, y la laicidad, contra el extractivismo y los tratados de libre comercio, la explotación y muchas otras luchas colectivas. Unidas por otra forma de entender y organizar la vida, la economía y las relaciones” dice el argumentario del 8M “Hacia la Huelga Feminista”.
 El 8 de Marzo de 1952 fue instaurado como Día Internacional de la Mujer, por la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU), porque en 1908, un grupo de mujeres se reunieron en una fábrica textil de Nueva York para declararse en huelga. Trabajaban en condiciones muy precarias y querían luchar por sus derechos. El dueño las encerró con la llave y prendió fuego al edificio: murieron 129 mujeres, y en ese momento las telas que fabricaban eran de color violeta. 
Las huelgas de las mujeres en aquella época eran un hecho constante y la primera vez que se conmemoró el Día Internacional de la Mujer fue en 1911, donde más de un millón de mujeres participaron públicamente. Se pedía el derecho al voto y a ocupar cargos públicos, a la enseñanza, al trabajo y al fin de la discriminación laboral. Así que el próximo 8 de marzo no se parte de cero. Hay un largo camino recorrido y no podemos dar ni un paso atrás, porque todos los trabajos no remunerados que se hacen a diario para sostener la vida en los hogares recaen en las mujeres, sufriéndolo más en los últimos años debido a esta crisis económica, social y ambiental. 
Sin recursos económicos propios y con un gobierno que recorta la protección social volvemos a estar indefensas ante la violencia machista. No será un aniversario más. Esta llamada tiene una música universal que va calando imparablemente en todo el universo femenino, con mujeres reales con problemas cotidianos. Es una huelga en la que aspiramos a que la sociedad empiece a cuestionarse la historia de las relaciones hombre–mujer. No es una huelga de enfrentamientos, ni de élites. Es una huelga para que muchos empiecen a abrir los ojos y hacer un esfuerzo contra el adormecimiento de la costumbre, de ver más allá de lo que tenemos delante o superficialmente, de cuestionar los datos y las estadísticas que indican el abuso del poder en todos los ámbitos: social, económico y laboral, como si la mujer fuera un tercio o una décima parte de la población.
Hay que pensar de manera colectiva qué mundo queremos. La economía tiene que poner en el centro la sostenibilidad de la vida, el bienestar y la responsabilidad compartida. En esta huelga se visibilizará que la vida no se sostiene por sí misma. Dicen los versos de Miguel Hernández en su poema “Cobardes”: “No os avergüenza mirar, en tanto lugar de España, a tanta mujer serena, bajo tantas amenazas”. Tenemos una cita con la historia. Nos vamos de huelga para cambiar nuestras vidas y paramos para avanzar. Si las mujeres se paran: se para el mundo.


 







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