Los datos de Cáritas

Kayros
01:00 • 10 oct. 2015

Me descubro ante Càritas. Es para mí una de las pocas instituciones donde se hace más visible el espíritu evangélico. Podría llenar este artículo de frases bíblicas donde el Señor se identifica con los pobres. Porque tuve hambre y me disteis de comer. Porque estaba desnudo y vestisteis. Lo que hacéis con uno de mis enviados, conmigo lo hacéis. Etcétera. De esta índole un montón de textos correlativos. Pero no se trata ahora de citar la Sagrada Escritura. Existe una Iglesia oficial a la cual no pocas veces la relacionamos con los ricos o más abstractamente con el poder. Hay también otra Iglesia que llaman carismática donde se produce el milagro cotidiano de la presencia de Jesús entre los pobres. No olviden ustedes también las terribles profecías evangélicas acerca del cielo de los ricos. Metáforas amenazantes que entiende cualquiera por muy analfabeto que sea. Este Papa no teme fustigar al sistema capitalista por su materialismo feroz. Vaya una cosa por otra. Frente a los grandes escándalos de los católicos, incluidos los eclesiásticos, vayan también, por otro lado, sus meritorias obras benéficas, caritativas, educacionales, misioneras. Tenemos un Gobierno que para perpetuarse en el poder no hace otra cosa que buscar artimañas para que le votemos. No solo se ponen ellos como modelos sin mácula sino que atacan a los demás como un peligro inminente bajo el dilema apocalíptico de “o nosotros o el caos”. Utilizar semejante sermonera en unos tiempos de juicio final en que la corrupción lo invade casi todo . no es para tomarlo a broma. Menos mal que Cáritas subministra de vez en cuando una buena lección de realidad. Un estudio reciente sobre la clase de gente que acude a sus comedores revela datos que ponen en entredicho el triunfalismo del partido del Gobierno y sus empalagosas cantinelas sobre la recuperación. El setenta y nueve por ciento de los pobres que acuden a la sopa del convento son españoles. Y no viven en cuevas periféricas sino en barrios bien organizados. Esto quiere decir que la pobreza se entiende por sitios hasta hoy desconocidos. ¿ Pero quién puede vivir con trescientos euros? No hablemos ya de los parados de larga duración ni de los pobres de corbata. Sociología en llamas madre. Esto tiene que cambiar







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