Frenazo al optimismo

Kayros
23:11 • 13 oct. 2015

Abrumado por los casos de corrupción y por los malos resultados de las cinco consultas  anteriores, el partido del Gobierno acaba de confeccionar unos presupuestos que llama de la recuperación. La Comisión Europea dice que Rajoy y de Guindos se pasan de  optimistas. Según el informe, España no cumplirá el objetivo de déficit, dicen en Bruselas, por consiguiente  cabe  el riesgo de incumplir el Pacto de Estabilidad. Entre tener que seguir con los recortes y bajar  al mismos tiempo  los impuestos  a setenta días de las elecciones generales al partido conservador se le está haciendo la picha un lío, como dice el habla vulgar y ustedes perdonen. La respuesta no se ha hecho esperar. De Guindos desde Bruselas, y Rajoy desde Nueva York, se han jugado el cuello prometiendo que España cumplirá con el déficit como siempre lo ha hecho. Parece que  la gente discrepa bastante sobre este asunto porque tanto algunas instituciones como radiotelevisiones y prensa de  opinión libre dicen que el partido del Gobierno lleva tres años sin cumplir con el déficit. ¿ A quién creeremos?. Para de Guindos no ocurre nada que no sea normal. El PP va haciendo sus recortes, la gente pierde su empleo, sube la contestación callejera, sube también el número de ricos,  aumentan los excluídos a la puerta de los comedores parroquiales,  y luego llegan los hombres de negro, felicitan al Gobierno y solo tienen una pequeña pega: hay que seguir con reformas y apretarse si cabe un poquito el cinturón. Esta vez las cosas se complican. Rajoy fijó la fecha de las elecciones en el 20 de diciembre. Tanto si gana el PP como si gana otro partido, los presupuestos  adelantados  serán gestionados por  un ejecutivo que venga después. La oposición dice que  la estratagema de los peperos es dejarle  el marrón a otro.  Del optimismo de Rajoy ya sólo vive la Merkel, orgullosa de tener un fiel y puntilloso  discípulo  acerca de la austeridad alemana. A pesar de forzar el calendario para que los presupuestos sirvieran de propaganda electoralista, puede que este frenazo de Bruselas  dé al traste con los sueños de grandeza de  la calle Génova.







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