El Almería se queda a mitad de camino

Pero sigue sumando en la Liga

Pozo.
Pozo.
Miguel del Pino
15:17 • 30 nov. 2015

Fue para mí un golpe bajo, de esos que te dejan auténticamente grogui, aturdido, sin capacidad de reacción. El gol de Concha cortó de raíz el sueño de todos de volver a celebrar una victoria en el Mediterráneo. Cuenta una leyenda que en Lincolnshire en Inglaterra existen unas hadas pequeñitas y muy malas que se llaman yarthkins que se divierten molestando a los humanos con sus maldades. De ser cierta su existencia tengo la impresión de que todas ellas se dieron cita el sábado en el Mediterráneo para conjurarse en contra del Almería y propiciar un gol que nunca debió llegar.




Y es que no tiene fácil explicación que un equipo que había ofrecido un nivel de concentración máxima en todo el encuentro se desajustara en el último suspiro y permitiera una contra que nos dejó a todos con los ánimos por los suelos. 
Soy consciente de que no es fácil asimilar un quebranto como el que padecimos el sábado, pero de nada o de poco vale mirar atrás sino es para no volver a incurrir en los mismos errores y mejorar. 




El Almería de Carrillo fue un equipo muy bien plantado en el campo con un 4-1-4-1 al que no es fácil batir porque todos sus jugadores participan con eficacia en las acciones defensivas lo que le hace ser un conjunto serio, efectivo y pragmático. Pero esa implicación en el trabajo defensivo les exige un desgaste, sobre todo a los que ocupan los costados, que merma su efectividad a la hora de atacar. Una de las maneras más eficaces de romper las defensas contrarias es abriendo el campo a las incorporaciones de los laterales. Valga como ejemplo que de los cuatro goles del Barça a la Real tres de ellos nacieron en las botas de sus laterales. Seguramente pensando en dar una mayor proyección ofensiva al ala diestra de la defensa colocó en esa posición a Iago Díaz. A la espera de la recuperación de los lesionados me parece una buena alternativa. 




Al Almería le costó la pérdida de dos puntos el no ir a por el partido. Con el 1-0 faltó toque, posesión y llegada al área rival. El no inquietar al contrario permite que éste se crezca y adelante lineas. Justamente lo que hizo Arrasate permitirse el lujo de hacer cambios ofensivos con los que logró el fruto que buscaba. El Almería se volvió a quedar a mitad de camino, pero sigue sumando.  







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