La suerte del campeón

El domingo ventoso y soleado en el Ciutat de Valencia le sirvió al Barcelona para regocijarse más en sus récords que en su juego. Luis Enrique cumplió 100 partidos en la banqueta azulgrana y sus muchachos lo celebraron con un triunfo frente al Levante, con el igualaron la marca del Barça de Guardiola en la temporada 2010-2011: 28 partidos sin ver la derrota. Sin embargo, los azulgrana no enseñaron su mejor versión en el tapete, suficiente, en cualquier caso, para vencer con un gol en propia puerta de Navarro.

Acorraló el Barça al Levante de entrada. Pero poco a poco el conjunto granota se soltó y siguió el guion diseñado por Rubi. Con el Depor en el Camp Nou, tres atacantes dispuestos a tapar la salida del Barcelona y el resto del equipo con las líneas bien pegadas para tapar el juego interior azulgrana. Cuando el Levante empezó a decir presente en el partido, la suerte (o mala en este caso) se cruzó en su camino. El centro de Alba chocó en la espalda de Navarro y el balón se coló en la portería de Mariño.

El gol del Barça no achicó al Levante que siguió fiel a su estilo atrevido y, de la mano de un renacido Rossi, buscó a Bravo. Entre la mala puntería de Deyverson, Lerma y Morales, y la comparecencia del poste se encargaron de negarle el empate al conjunto valenciano. El Barça estaba espeso, pero juega con su oficio, mientras Luis Enrique hace números: el equipo gana y el cuida las piernas de sus jugadores.