Las novelas de la crisis

En esta sociedad sorprende la transformación que en poco tiempo se produce entre los valores morales

Kayros
01:00 • 10 may. 2014

Anda por aquí Rafael Chirbes, autor de los dos últimos Premios de la Crítica. No pude asistir a la conferencia pero supongo que hablaría de sus últimas publicaciones en Anagrama; en concreto de“ Crematorio” (2007) y “En la orilla” ( 2013) A los vendedores de libros no les gusta que destripemos el argumento de los grandes éxitos pero los periódicos también están para difundir la lectura entre los que no disponen de sosiego para ello. Pasó el tiempo en que la novela parecía interesarse más por lo que ocurría en la Edad Media que en nuestra época contemporánea. Los textos de Chirbes, sin embargo, corrigen esta tendencia antitestimonial. Hablan del fracaso de la corrupción y del Estado del bienestar. Sus símbolos mortuorios y funerarios, sus pantanos fangosos llenos de cadáveres y otras mil porquerías de la sociedad de consumo delatan a los protagonistas de la crisis que hoy padecemos. El personaje más característico es el constructor, un ser en caída libre al estallar la llamada burbuja inmobiliaria y en fuerte contraste con todos los valores de la moral tradicional. “En la orilla” todo comienza por unos perros que mordisquean una pedazo de carne que luego resulta ser la mano de un hombre muerto y arrojado al pantano. Esteban es el carpintero protagonista que se ve obligado a cerrar su empresa , echar a la calle a sus empleados y ocuparse de cuidar al padre, ya en fase terminal. Pero la ruina no le viene solo de su negocio sino de haberse asociado a Tomas Pedrós, el magnate del ladrillo, el huésped de ayuntamientos corruptos y terratenientes arruinados. En esta sociedad sorprende la transformación que en poco tiempo se produce entre los valores morales: la familia, el amor, el modo de vida, la religión dela infancia: todo es pronto arrasado por el materialismo del dinero fácil. Como alivio de sueños perdidos está el sexo extranjero , la partida de cartas con los amigos a las cuatro de la tarde, los placeres de la mesa y las bebidas sofisticadas y nada baratas. A toda esta gente le ha de venir de perlas que las clases medias carguen con los pecados de la crisis a través de un sistema que han dado en llamar el “austericidio”.







Temas relacionados

para ti

en destaque