Antas

La figura de sacristán vuelve a Antas después de cuatro décadas

La Sacristía de la Iglesia se quedó pequeña durante la toma de posesión de Gabriel Cano Zamora

Gabriel Cano durante el ritual que precedió su nombramineto como sacristán.
Gabriel Cano durante el ritual que precedió su nombramineto como sacristán.
Josefina Guerrero
23:10 • 25 jun. 2016

Gabriel Cano ya es oficialmente acólito mayor y sacristán de la Iglesia de la Virgen de la Cabeza de Antas. El acto de toma de posesión dejó pequeña la Sacristía donde se celebró de forma protocolaria el evento, y sus vecinos evidenciaron el gran cariño que el municipio tiene a Gabriel.




El acto, oficiado por el párroco Enrique Cortés no dejó escapar la emotividad de una vida dedicada a la congregación y la voluntad de servir de monaguillo desde pequeño. Gabriel recordó así al hoy Monseñor Bernardo Ávila que como sacerdote le dejó ser monaguillo un día en el que no pudo encontrar a otra persona, pero incidió en que, desde entonces, su vinculación ha sido constante, llegando hoy día a ser parte de forma activa de la vida cofrade del municipio, con la presidente de la Hermandad de San Juan.




Padrinos
Muchos fueron los presentes, pero con especial emoción participaron los padrinos de bautizo, Luis y Leonor. Además, el acto contó con la colaboración de la catequista María Luisa, de María Dolores, de la Hermandad de la Virgen de los Dolores y Josefina, encargada de realizar los hábitos de acólito.




“Dios escribe sobre reglones torcidos”, así se refería Gabriel a sí mismo, haciendo alusión a Santa Teresa de Jesús y, sobre todo, a cómo lo había conocido don Bernardo y la gran diferencia que había con persona que en la actualidad pasa a servir de forma oficial en la Iglesia de la Virgen a la Cabeza, en un oficio a extinguir, pero que en Antas ha conseguido sobrevivir, quizá amparado por el impulso que para toda la comunidad ha supuesto la designación como monseñor de don Bernardo.  Fue monseñor el encargado de colocar un paño a modo de fajín, símbolo de la servidumbre al prójimo, como Jesús al lavar los pies de sus discípulos, por lo que también estaban presentes zafa y cántaro.




Labores
Sin retribución económica, este sacristán a partir de ahora será el encargado de saber e informar sobre los horarios, dar las campanadas y procurar que estén todas las cosas necesarias acomodadas en su sitio conveniente, listas para usarse y en cantidad conveniente; avisará cuando haya nuevas vestiduras u objetos para la bendición y será el encargado de procuarar una lámpara encendida ante el Santísimo.




Para Gabriel y para su familia fue un día emotivo, en que confluyen los recuerdos de la infancia pero también una mirada al futuro, con la intención de trabajar de forma más directa y de la mano de Hermandades y festividades religiosas y familiares, bodas, bautizos o comuniciones.




En el recuerdo Indalecio Valenzuela sigue aún en el recuerdo de los mayores que lo conocieron como sacristán. Su fallecimiento en el año 1979 dejó al municipio durante casi cuatro décadas sin la figura de sacristán, aunque a diferencia de Gabrielico, como se le conoce cariñosamente, Indalecio no pudo vestir hábito, puesto que su oficio de policía no le permitía el uso de otro uniforme que el reglamentario.




Son solo los municipios grandes de los alrededores los que aún mantienen esta figura y en Antas pocos tenían la esperanza de recuperarla, a ha sido la generosidad de Gabriel la que lo ha evitado, dispuesto a ofrecer tiempo y dedicación. Para celebrarlo, no pocos fueron los presentes en el municipio, todos agradecidos por sus palabras, pero también por su buen humor tan característico.


El compromiso que se afianza
Más de un centenar de personas se agolpaban en la Sacristía, mientras que otros se quedaron en las puertas, sin poder ver a este joven de 32 años, bautizado, con la Comunión y la Confirmación realizada en la Iglesa de la Virgen de la Cabeza. Gabriel Cano pasa a ser de forma oficial acólito mayor, el cargo de los que ocupa que cuenta con ceremonia, puesto que el oficio de sacristán no la necesita.


Pese a ello, muchos fueron los pasos protocolarios que se tuvieron que dar hasta que, de forma oficial, fue designado ante la comunidad de la parroquia a la que se ha comprometido a servir.



Temas relacionados

para ti

en destaque