La jefa de enfermería que abrió el Hospital de Poniente, nombrada colegiada de honor

María Teresa García Hermoso recogió el premio en la fiesta del 130 aniversario del colegio de Almería

María Teresa (con gafas) en una despedida con compañeras.
María Teresa (con gafas) en una despedida con compañeras.
María Medina
19:17 • 28 mar. 2015

María Teresa García Hermoso acaba de jubilarse y lo ha hecho en Marbella, Málaga, donde ha desarrollado los últimos años de una carrera profesional que la trajo a Almería con una encomienda. Poner en marcha el Hospital de Poniente, en El Ejido. Fueron dos años “intensos” y, sobre todo, “muy ilusionantes”, dice esta enfermera nacida en Cartagena en 1951, que estudió en Madrid, y ha trabajado prácticamente toda su vida en Andalucía. 




El viernes recibía en Almería un reconocimiento que no esperaba de ninguna de las maneras. Fue elegida como “colegiada de honor” en la fiesta de la enfermería almeriense.




Un reconocimiento que no sólo le trajo a la memoria los años de trabajo en Almería, años que le dejaron tal “huella” que siempre ha seguido vinculada al Colegio de Enfermería de esta provincia, sino que además, tiene el honor, de coincidir con el 130 aniversario del órgano colegial.




Abrir un hospital “Me encantó Almería”, insiste García Hermoso, que como jefa de Enfermería del Hospital de Poniente, vivió las obras de construcción de este centro hospitalario y, ya jubilada, mantiene intacta en su retina el día en el que el hospital de El Ejido abrió sus puertas. “Llevábamos meses de obras, de organización, de repaso de planos, de viajes para un lado y para otro entrevistándonos con arquitectos, responsables de la delegación y de la consejería, con el personal sanitario,... Y, por fin, todo estaba listo”, recuerda.




La última noche antes de su apertura al público, García Hermoso, estuvo hasta tarde organizando los últimos detalles. “Recuerdo haber colocado, junto con el gerente, las sillas en la sala de espera. Al día siguiente, cuando entré en el hospital estaba todo perfecto. Sonaba música clásica y todavía me emociono. Entonces, casi se me salieron las lágrimas. Fue muy emocionante”, rememora.




Y de aquellos años en Almería, además de conocer la provincia y hacer buenos amigos  se ha llevado un montón de buenos recuerdos y la satisfacción por el trabajo “bien hecho”, dice.






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