Alhama de Almería

Investigadores almerienses defienden el arranque puntual de las pitas por la Junta

Medio Ambiente quiere controlar 26 hectáreas y los científicos lo ven normal para proteger especies autóctonas

SIN DATOS
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21:25 • 07 feb. 2016

Investigadores andaluces, con el doctor Hermelindo Castro a la cabeza, han distribuido un documento en el que defienden la eliminación controlada y puntual de pitas y sisales.  En un documento titulado “¿Cómo gestionar las especies invasoras? El caso de los cultivos de pitas (sisal y henequén) en Almería”, veinte investigadores del Centro Andaluz para la Evaluación y Seguimiento del Cambio Global (CAESCG)   defienden  “la eliminación controlada de estos cultivares de pita en lugares puntuales para mejorar el estado de conservación de nuestra biodiver- sidad nativa (...) Sin embargo, puede hacer mucho bien a la conservación del ecosistema nativo, cuyos valores de biodiversidad son ampliamente reconocidos por la comunidad científica y las políticas de conservación”.  
Este documento es suscrito también por investigadores de los departamentos de Biología y Agronomía de la Universidad de Almería, y de la Est. Experimental de Zonas Áridas y la Estación Exp. del Zaidín del  CSIC.




Plantadas en los 50  




Estos recuerdan que los cultivos de sisal (Agave sisalana) y henequén (Agave fourcroydes) procedentes del Yucatán “fueron plantados en las zonas áridas de Almería entre 1956 y 1958, para poner en valor las tierras más improductivas del sureste español, tal y como recogía la prensa de la época (ABC, 4-4-1956 y 19-7-1956).  Se plantaron 23.000 plantas de henequén y 48.5000 de sisal por las llanuras litorales de Almería, unos cultivos que hoy han dado lugar a poblaciones naturalizadas que ocupan más de 1.000 hectáreas en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, ZEC Ramblas de Gérgal, Tabernas y Sur de Sierra Alhamilla y otras zonas de la provincia”.   
Estas especies son comparables en cuanto a su carácter invasor al mejillón cebra, el picudo rojo o el mosquito tigre, “especies que llegaron hasta España no por procesos naturales, sino por decisiones humanas voluntarias o involuntarias”, afirman los científicos.  “Estas poblaciones compiten en muchas áreas con el ecosistema nativo formado por azufaifos, artales y matorrales semiáridos, que en virtud de sus altos valores de biodiversidad y su riesgo de desaparición, son una prioridad para las políticas de conservación regionales, nacionales y europeas”, añaden en su escrito. 




Peligro para las aves




Los científicos destacan que la población de sisal y el henequén:  “1)  se manifiesta particularmente en las zonas arenosas. 2) se reproducen por estolones y su crecimiento no parece tener control (hemos encontrado densidades de 2.000 individuos en parcelas de 30x30 m); 3) compiten por el agua con las especies del matorral y ocupan físicamente su espacio y 4) esta modificación impide que las aves estepáricas se instalen en las llanuras litorales, lo que supone una amenaza para la diversidad faunística”,  afirman. 
Por ello, concluyen sobre las medidas anunciadas por la Junta que “en la práctica, la acción que se está planteando, no es muy diferente de los aclareos y talas controladas que se hacen en los pinares de repoblación para evitar riesgo de incendio cuando las densidades de pino son muy altas, o del control que se hace de las uñas de gato que se extienden por los ecosistemas dunares. Estas acciones no generan alerta social, ni son entendidas como una medida de erradicación, sino de gestión o control”, se lamentan en su escrito. 




ESCRITO ÍNTEGRO




 




 



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