El lugar que todavía resiste al soterramiento

Un toque de historia de la antigua Renfe se ‘escapa’ de las obras de la Alta Velocidad

Carlos Miralles
20:48 • 19 abr. 2024

Excavadoras por todos los lados, máquinas de gran tonelaje, camiones que se llevan escombros, hormigoneras, apisonadoras... En el entorno de la Estación de Ferrocarril de Almería ya hay de todo menos trenes. Bueno, todavía permanece allí apartada una dresina de mantenimiento de catenaria. No quedan vías, ni siquiera los andenes de la Intermodal, porque todo ese terreno se está adaptando para la llegada de la Alta Velocidad que, de cumplirse los plazos, 'aterrizará' en 2026, dentro de dos años. 



Pero hay un lugar que todavía resiste, una pequeña isla ferroviaria que en su día fue decayendo como las conexiones con la capital pero que no por ello dejó de ser importante. Los viejos talleres de Renfe, donde se arreglaban diferentes locomotoras y composiciones, se pasaban revisiones o simplemente cargaban los depósitos de gasoil, todavía siguen en pie dando el característico color rojo gracias a su techo, del mismo corte que aquel mítico Toblerone que desapareció una vez dejó de servir como cargadero de mineral de hierro que procedía de las Minas de Alquife.



Red convencional



Son los últimos coletazos de la línea convencional que quedan en Almería capital. Se han retirado ya gran parte de raíles y traviesas, incluso las de apartado, y solo quedan unas pocas entre las que se sitúa la dresina de catenaria, que ya no presta servicio. Las puertas de las naves permanecen cerradas y en sus alrededores aparcan los empleados de ADIF. Cabe recordar que en estos talleres descansaba el Arco García Lorca, que conectaba Almería con Barcelona, y viceversa, varias veces por semana, así como locomotoras de apoyo en diferentes años. También servían para cambiar de sentido a las máquinas Talgo 352, que solo tenían un testero. Hasta las 319 y 333 que llevaban el Holcim (tren de cemento), desde Gádor hasta Mengíbar (Jaén).



Últimos días



Los últimos trabajos que se han realizado en esta zona han sido de retirada de vías y de catenaria, aunque esta permanecía en desuso desde 1996 cuando cerraron las Minas de Alquife, que ahora han vuelto a la vida pero sin servicio ferroviario y sacan el mineral de hierro por carretera en camiones. La nostalgia se apodera de aquellas personas que formaron parte de la Renfe en Almería que ven cómo todavía las naves por las que tantos trenes pasaron todavía aguantan en pie hasta que lleguen máquinas para dejar paso a la alta velocidad.



Futuro



El pasado 4 de marzo se realizaron las últimas maniobras de trenes en la capital cuando la locomotora 334 cargó sus depósitos en estos talleres. A partir de entonces el lugar de partida y final de viaje es la Estación de Huércal-Viator. El techo rojo todavía da color al entorno de la Intermodal con sus impresionantes naves. Tuvieron su época dorada cuando la ciudad era uno de los nudos más importantes de España en materia ferroviaria, pero se quedó estancada y la Alta Velocidad abre una nueva etapa de ilusión. 


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