Usan el veneno de abeja para curar

La apuesta de un apicultor reconvertido en apiterapeuta mejora dolores “casi de todo tipo”

Sergio Guerrero en su centro de apiterapia y aplicando el veneno de abeja a través de una picadura controlada durante apenas dos segundos.
Sergio Guerrero en su centro de apiterapia y aplicando el veneno de abeja a través de una picadura controlada durante apenas dos segundos.
María Medina
11:15 • 10 dic. 2016

La picadura de abeja como terapia gana adeptos entre los almerienses. La apiterapia, como se conoce a esta práctica alternativa a la medicina tradicional, convierte el veneno de las abejas en sanador de dolores musculares, artrosis y otras enfermedades comunes, además de mejorar, con el tiempo, casi cualquier analítica. Convencido de ello se muestra Sergio Guerrero Rosales. Apicultor, siempre ha trabajado en su finca hasta que hace algo más de un año puso en marcha un primer centro de apiterapia en Granada, donde reside. Centro por el que, “gracias al boca a boca”, empezaron a pasar enfermos de provincias vecinas como Almería .




Desde hace apenas un mes ha abierto un centro en Almería. Es el último de los siete que tiene repartidos por Andalucía. Todos con apiterapeutas formados en la técnica y todos con sus propias colmenas.
Este último requisito es indispensable porque por cada abeja que utiliza son cinco las que nacen en sus colmenas, explica este granadino de 42 años que ha dejado la apicultura por la empresa. Una empresa que, dice, le ofrece “la satisfacción” de mejorar la salud de muchas personas. “Lo mejor de esto es comprobar cómo pacientes olvidan su bastón en la consulta de lo bien que se encuentran”, asegura.




Él mismo fue uno de los primeros en someterse a la terapia con veneno de abeja. Sufría lumbalgia y los dolores le dejaron un día arrodillado en la finca. Decidió probar con la ayuda de su mujer y los resultados “tan satisfactorios” le llevaron a investigar, primero, a estudiar después y a seguir formándose ahora.




40 elementos de salud
Aprendió en este camino ,que le llevó a conocer a maestros de la apiterapia en Chile, que la picadura de abeja en el primer segundo y medio puede traspasar hasta 40 elementos de salud. Aprendió sobre inmunología, neurotransmisores, serotonina… y obtuvo todos los permisos necesarios para empezar a aplicar esta terapia.
El crecimiento de su empresa ha venido de la mano de ocho apiterapeutas formados en su centro que cuentan con hasta un centenar de colmenas y tratan simultáneamente a unos cien pacientes en Andalucía.




Reconocida, no reglada
A quien le pregunta sobre las garantías de la picadura de abeja, Guerrero le ofrece un amplio dossier de estudios, incluida una tesis universitaria, sobre los beneficios del veneno, que actúa como inmunoterapeuta. Sabe, no obstante, que la terapia que practica está reconocida pero no reglada, lo que obligará más pronto que tarde a un reglamento al que se adaptarán convencidos de los beneficios que obtiene el usuario. Por lo pronto, han formado la Sociedad Española de Apiterapeutas. Y también sabe Guerrero que la terapia funciona en, aproximadamente, el 90% de los pacientes. El resto, “repite terapia y la recomienda”.







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