La Alcazaba, ese monumental "influencer"

Con serena emoción, leo en LA VOZ DE ALMERIA que la Alcazaba es “influencer” en las redes sociales. No quepo en mí de gozo. Si los operarios que en tiempos de los romanos (a ver si va a ser usted otro de esos emasculados mentales que piensan que el contador de la historia comienza en Almería con la invasión musulmana) levantaron una fortaleza en ese promontorio natural llegan a saber que un día todo aquello generaría seguidores en los tuiters, supongo que también se habrían llenado de un prurito difícil de ocultar a sus capataces. Pero no nos desviemos. Resulta que la Alcazaba ha logrado reconocimientos y parabienes en ese universo paralelo y virtual que son las constelaciones cibernéticas, debido a que –me inspiro en la definición técnica del término “influecer” para los no introducidos- cuenta con cierta credibilidad sobre un tema concreto, y porque su presencia e influencia en redes sociales puede llegar a convertirse en un prescriptor interesante para una marca. Pues como decía mi abuela “con ese melón se llenó el serón”. Ya no importa el brutal desequilibrio entre la importancia histórica del muy visitado conjunto monumental y su menguada atención presupuestaria por parte de la Junta de Andalucía. Tampoco importa que sus manchas de humedad se vean casi desde Alborán y que algunos lienzos de muralla estén más próximos al desmorone que a otra cosa. La Alcazaba tiene muchos seguidores en las redes sociales, y eso es lo que de verdad motiva y estimula a la Junta, empeñada en hacernos creer que vivimos en una Comunidad Matrix, que discurre paralela al menos importante y fatigoso mundo real, en donde todo es bastante menos atractivo que en ese universo ficticio de datos y palabros en donde nada nuestra querida Junta, más atenta siempre al dato del gurú de las redes  que a la – a veces tan disonante- voz de la calle.