El fantasma de la marmota en la Alcazaba

Ahora que el género misterioso se va a poner de nuevo de moda tras el Planeta que se ha llevado Javier Sierra, no sería descartable que nuestro Alberto Cerezuela y su editorial Círculo Rojo publicasen algún monográfico sobre las apariciones fantasmales en la Alcazaba, escenario de puntuales fantasmagorías cada vez que la Junta de Andalucía publica sus presupuestos. Me refiero a la aparición, año tras año, de la misma partida económica para la iluminación del monumento. Como alguna vez he comentado, desde 2014 se anuncian unas cifras que, automáticamente, se diluyen en las sombras administrativas como el fantasma de una odalisca enamorada. Podría ser ahora tan gandul como los responsables de nuestro gobierno autonómico y reproducir aquí alguna de las columnas en las que alguna vez me he hecho eco de este asunto, desvelado originalmente por el portal “Noticias de Almería” que dirige Rafael Martos, el único periodista almeriense que mira el BOJA como los mineros de las novelas de Jack London, cedazo en mano. Pero no caeré en lo mismo y no repetiré los párrafos a la espera de que nadie se dé cuenta. Lo cierto es que en esta ocasión, para lograr esta pepita informativa han hecho falta dos cosas. De un lado, la paciencia encomiable de ponerse a filtrar el torrencial caudal de datos y cifras y, de otro, la inconmensurable frescura de quienes se atreven a volver a publicar como cierto lo que ni existió, ni existe, ni existirá al paso que van las cosas, porque en un nuevo y jovial alarde de desprecio al contribuyente, la Junta de Andalucía ha vuelto a anunciar ¡por quinta vez! la misma partida para iluminar la Alcazaba. Y se quedan tan panchos. Decía hace poco el teniente de Alcalde, Miguel Angel Castellón, que los presupuestos de la Junta son como el Día de la Marmota, que todo se repite año tras año. Yo no digo nada, pero les espero con otra columna parecida el año que viene.