Verdiblanca pide plazas adaptadas en el nuevo conservatorio de danza

La Asociación de Personas con Discapacidad Verdiblanca ha pedido a la Junta de Andalucía que, de las 420 plazas con las que contará el nuevo conservatorio de danza, haya un porcentaje reservado a alumnado con diversidad funcional y profesorado especializado en necesidades especiales.

La petición se le trasladó a la delegada del Gobierno, Gracia Fernández y a la delegada territorial de Educación, Francisca Fernández Ortega la pasada primavera y también se hizo llegar la reclamación a la Comisión de Igualdad y Políticas Sociales del Parlamento de Andalucía para su inclusión en Ley de los Derechos y la Atención a las Personas con Discapacidad. Además, el presidente de Verdiblanca, Antonio Sánchez de Amo, también ha mantenido conversaciones al respecto con miembros de la junta directiva de la AMPA de Danza, que igualmente lo consideran oportuno, y con componentes de la ejecutiva del PSOE en Almería.

Otras comunidades
“Existen diferentes experiencias muy positivas en este sentido en otras regiones españolas como la Comunidad Valenciana, Baleares o Galicia”, argumentan desde la entidad. En esta última, el Conservatorio Profesional de Música de A Coruña realiza un programa desde el año 2012 de integración de alumnado con necesidades especiales en su ciclo elemental de formación musical. Para ello el centro reserva un mínimo del 3% de sus plazas a quienes superen una prueba. El objetivo es que este alumnado con necesidades especiales comparta aulas y agrupaciones musicales con el resto, con sus correspondientes adaptaciones curriculares y el apoyo y asesoramiento de gabinetes específicos. 

“Está demostrado que el estudio de música y danza en edades tempranas, y más en personas con capacidades diferentes, ayuda a desarrollar y favorecer varios aspectos de su proceso de maduración como el lingüístico, intelectual, artístico, social o psicológico”, señala el presidente de Verdiblanca, Antonio Sánchez de Amo. “La música y la danza hacen posible elevar la autoestima porque las experiencias de aprendizaje positivas aumentan los sentimientos de éxito, a lo que se añaden otros beneficios, como el psicomotor o el afectivo”, apunta Sánchez de Amo, que cree que no debería  privarse de esta posibilidad de normalización y mejora de calidad de vida a todo un colectivo de personas.