Balance ferial con barquillo  

Decía Balzac que todos los horrores que creen inventar los novelistas están siempre por debajo de la verdad, y eso en Almería se demuestra no sólo con la Feria y su desfile de fritangas y charangas, sino sobre todo con los ejercicios de exégesis que a su término hacen los diferentes partidos políticos. Igual que Marlon Brando en el papel del coronel Kurtz al final de “Apocalypse Now”, repaso los llamados “balances de Feria” y sólo puedo musitar “el horror; el horror”. Perdonen que insista en la obviedad, pero siempre pasa y a nadie sorprende que el equipo de Gobierno Municipal se muestre razonablemente satisfecho con la Feria y que los partidos de la oposición se conduelan por la misma. Cada cual cuenta la feria según le ha ido, pero esta impostación postferial del halago/crítica es ya más surrealista que repetitiva. Lo digo porque habrá que achacar a los excesos feriales el descontrol racional que supone, por parte del Grupo Municipal del PSOE, reclamar más orden y control de la Feria del Mediodía al mismo tiempo que propugnan ampliar el número de chiringuitos participantes, con el previsible despiporre que ello supondría. También los socialistas, los mismos que en la Feria de 2009 criticaron al Alcalde por la “excesiva presencia policial” en la zona de Feria del Mediodía (inolvidables las declaraciones del entonces presidente de la Diputación, el socialista Juan Carlos Usero, acusando a la Policía Local de generar más inseguridad) piden ahora –lo han adivinado- ¡más policías en la Feria del Mediodía! Nadie me hará caso pero puede que haya llegado el momento de pasar página y dejar de hacer estos balances feriales tan previsibles como prescindibles. O eso, o ya puestos a encumbrar a estos ejercicios verbales al rango de atracción ferial, se convoque a los medios una noche de Feria junto a la caseta de los monigotes vinateros y se sirva a la prensa, además de uno de esos caldos con extraordinarias propiedades laxantes, un balance ferial con su correspondiente barquillo. Y a mojar.