Los ecologistas piden el derribo del hotel, diga lo que diga la justicia

Juan Torrijos
01:00 • 05 sept. 2015

Está transitando nuestra sociedad por un camino cuando menos complicado. Hay políticos que se pasan la ley por el forro de sus caprichos y no les ocurre nada. Hay otros que se atreven a anunciar que no van a acatar la ley. Los hay que la cambian en el último momento por lo que pueda pasar. Y hasta alguna organización pide y exige que no se cumpla la misma. Los ecologistas del barco, los pintores del hotel, acaban de pedir el derribo del hotel de Carboneras diga la justicia lo que diga. Con un par. Está visto que los únicos que tenemos que cumplir las leyes somos los ciudadanos. Pobres de nosotros como no lo hagamos. Los demás parecen estar exentos de su cumplimiento, cuando no de la imposición de sus propias leyes. Pero lo que más me ha llamado la atención del trabajo presentado es su enunciado: “Informe sobre el despropósito empresarial y judicial de del hotel”. ¿Y del despropósito político no nos dicen nada o no se acuerdan de él?
Por estas tierras tenemos las cosas muy claras sobre los verdaderos responsables de la construcción del mamotreto, y no son otros que unos políticos que vendieron los terrenos, dieron los permisos y hasta tramitaron las ayudas económicas a recibir por los promotores. Los empresarios en este caso sólo siguieron las indicaciones de los políticos del Ayuntamiento de Carboneras, los de la Junta y los del gobierno en Madrid. Estoy de acuerdo en el judicial, desde la primera sentencia paralizando la construcción, la justicia se ha venido columpiando con sus dictados. No se han atrevido a entrar en el fondo de la cuestión, el despropósito medioambiental creado los políticos y la legalidad por ellos dada al hotel y han querido bailar en una defensa que cada vez les cerraba más el camino a seguir. No se puede acusar a una empresa de despropósito cuando tiene toda la documentación en regla para unas obras, y aquí estaban. Han sido los políticos y los jueces con sus interpretaciones, caprichosas algunas veces, los que han conseguido que un edificio ya en ruinas jalone uno de los paisajes más hermosos de la costa almeriense.
Y que se cumpla la ley, es lo que pedimos nosotros y es lo que habría que exigirle a todos y cada uno de los españoles. Ante ella todos tendríamos que ser por igual. Esperemos a lo uno de estos días nos cuente el Supremo.







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