Para no volverme loco... o lo que puede un titular

La capacidad de pensar – asociar ideas que pasan por nuestra mente – es lo que nos distingue del mundo animal; esa capacidad es gracias al “neocortex” – lóbulo frontal del cerebro - que además nos permite razonar, ser consciente y sentir emociones e imaginar.
Lógicamente, ese pensamiento surge a base de motivación y esta semana, con el último partido de la UDA y el derbi madrileño, han ocurrido tantas cosas, ha habido tal cantidad de “titulares” que mi neocortex está atorado y necesito echar ideas fuera para serenarme y poder dedicarlo a lo que necesito para mi ocupación.

El sábado fui a ver a la U. D. ALMERÍA y … ¡sorpresa! el Almería sale con tres centrales y dos carriles largos; me encanta ese sistema!, me acomodo en el asiento y espero impaciente: va! Desilusión! Los carrileros funcionaban como en la defensa de cuatro, los hombres de medio campo no aprovechaban esa amplitud que le daban los carriles y seguían queriendo jugar en profundidad por dentro mientras en banda contraria había un compañero sólo que si recibe gana la línea de fondo, hasta el punto  que no pasaron ni quince minutos y ya estaba de nuevo el sistema habitual 1-4-2-3-1. Mi neocortex se empieza a llenar… ¿cómo es posible que un equipo profesional pueda improvisar, en una semana, un sistema? ¿ y los movimientos, situaciones, posiciones que necesitan automatizar los jugadores? … buff!!!

El domingo el derbi madrileño; el Real se adelanta y al final el Atleti empata.
Titulares a punta pala: “el Madrid tiene que salir a ganar” “el Madrid tiene que matar el partido y no puede echarse atrás” “Benítez es un amarrategui” y algún jugador lo complica un poco más “dimos un pasito atrás” un amigo mío diría que “el miedo guarda la viña”.  Yo me pregunto: ¿y si Arbeloa no falla en el control que dejó el balón en franquía para el jugador del Atleti, qué titulares habrían salido?.
Todo tiene su explicación, los equipos montan bloques que van o vienen y la situación que adopta la línea de defensa, más o menos adelantada, depende de si el resto de jugadores, que están por delante, desarrollan bien su papel; eso te da la iniciativa que  permite llevar el control e imponer el son al que se juega; pero luego está el rival que al ir perdiendo puede arriesgar más de lo que debe, esperando que el contrario no encauce su saber por donde está dejando las deficiencias y a veces sale bien.

En fin, yo con esto, desatoro mi neocortex. Si las incógnitas despiertan demasiado interés, cualquier día es bueno para profundizar en alguno de los temas expuestos.

Desde esta parte del mundo, por el bien de nuestro deporte rey.